Ángel 24 cumple este año tres décadas de vida. Los difíciles comienzos que supuso su puesta en marcha para su fundador Bartolomé Riera han dado paso a una empresa floreciente que ha diversificado su actividad.

-¿Cómo recuerda aquellos inicios?

-Empezamos en octubre de 1978 y partimos de una observancia del mercado. Queríamos dedicarnos a lo doméstico, al servicio a domicilio. Empezamos con los célebres mensajeros y el primer nombre era Angel Nocturno porque los problemas siempre empezaban al anochecer, como la dificultad en disponer de pañales y elementos similares.

-¿Qué estructura tenía la empresa en esa época?

-Empezamos cerca de la plaza de toros. Teníamos dos telefonistas y dos mensajeros, hacíamos el servicio de noche, pero de día también nos pedían productos. Ampliamos la actividad a 24 horas y cambiamos el nombre, que además era más comercial. Teníamos una visión más empresarial y vimos que había que dar otra imagen.

-Entonces se disparó la demanda.

-Teníamos muchos abonados y ahora muchos gerentes de empresas han sido mensajeros de Ángel 24 puesto que nuestro caladero de mensajeros eran los estudiantes. Luego percibimos que las empresas necesitaban tantos servicios como el particular. Desaparecían los botones y los ordenanzas y las empresas tenían sus necesidades. Así nos empezamos a dedicar a este sector ampliando nuestro abanico y sustituimos a muchos ordenanzas que se jubilaban y entramos en otra dinámica, profesionalizando lo que era el mensajero.

-¿El mercado fue cambiando con el paso del tiempo?

-Nosotros ofrecíamos soluciones como el caso del despacho de abogados con una sola secretaria. Cuando la enviaban a ella a hacer alguna gestión, nadie podía atender el teléfono o abrir la puerta, así que les ofrecimos hacer el outsourcing y que la secretaria se quede en el despacho.

-Y llegó la expansión.

-Fuimos cofundadores de una empresa de mansajería nacional. En combinación con otras empresas montamos redes para expandir el servicio. Además, somos miembros fundadores de la asociación nacional del sector.

-El servicio de buscas fue todo un éxito.

-Nos dimos cuenta que había necesidad de dar cobertura de comunicación a la clase médica y creamos el sistemas de buscas, que luego se expandió a ejecutivos profesionales. Fue la primera red y antes hubo otros intentos que no florecieron porque se necesitaba mucha dedicación durante 24 horas al día. Montamos repetidores en todas las Balears.

-La aparición del teléfono móvil habrá sido el golpe de gracia de sus beepers.

-Este sistema duró unos 18 o 20 años. Luego vino el teléfono móvil, incluso quisimos entrar en telefonía móvil, pero lo desechamos por no tener fuerza económica suficiente. Nos retiramos paulatinamente y nos dedicamos a abrir otros horizontes. Vimos que hacía falta el documento. Las empresas tienen problemas de espacio para sus archivos e incluso de orden y comenzamos a ofrecer soluciones, fichando documentalistas y licenciados que sabían tratar los documentos porque esto requiere su técnica y su filosofía. Ahora tenemos muchos centros porque hay mucha demanda, al ser una solución importante para las empresas

-¿Cuántos documentos estima que custodia actualmente?

-Debemos tener 25 millones de documentos como mínimo y sabemos dónde está cada uno, todo está registrado y codificado. Se digitalizan y se guardan los documentos, muchos de ellos tienen acceso sólo con la huella digital.

-La adecuación a la actualidad es constante.

-Ángel 24 es la continua observancia de las necesidades de la sociedad. Siempre hemos estado pendientes de la demanda y de satisfacer estos requerimientos. Hemos sido los primeros en crear mensajería, sistemas de comunicación, modernizar los sistemas de valijas en bancos, y transportar los documentos en pocas horas. Y nuestra evolución aún no ha terminado. Tenemos un departamento que estudia constantemente las tendencias del mercado. La I+D +I es nuestra bandera, y hemos recibido galardones por nuestra actividad, además de tener la certificación 27001 como empresa segura en documentación. Somos la primera de España en nuestra actividad.