Todo el mundo es consciente que la crisis actual, acompañada de recortes salariales, subidas de impuestos, riesgos de desempleo y malas perspectivas, implica que mucha gente prefiere buscar alojamiento a su dinero en productos de ahorro seguros, y más cuando están saliendo a la luz, día sí y día también, malas praxis realizadas por entidades financieras como preferentes, cuotas participativas o salidas a bolsa.

Pero no es menos cierto el hecho de que fomentar el ahorro, algo completamente lícito por otro lado, implica detraer el consumo y, por lo tanto, no contribuir al crecimiento económico, lo cual es lógico al ritmo que están subiendo el precio de todo lo que tenemos que asumir mes a mes, luz, gas, alimentación, impuestos,….

El punto de equilibrio sería aquel que nos permitiese consumiré lo mismo que consumíamos antes de la crisis y que permitiese ahorrar a la vez, aunque fuese una menor cuantía por si las cosas vienen mal. Pero la cosa parece que ha superado este punto a tenor de los últimos datos ministeriales: esta semana se ha indicado que es el primer mes desde la llegada de la crisis que la gente está reduciendo ahorros para gastar en consumo. No es que la gente no ahorre de lo que cobra mensualmente, sino que ya está usando parte del dinero ahorrado en poder vivir al día.

Este punto es el que si consideramos francamente peligroso ya que, cuando se ha de tirar de los ahorros para poder vivir, es que algo en la economía no funciona. Lo cierto es que al perro flaco todo son pulgas. Además de perder el empleo, los españoles se enfrentan a subidas descomunales de los precios de diferentes bienes y servicios (la luz un 70% en 7 años), el gas, los combustibles, la cesta de la compras,… y no hablamos de bienes de lujo sino de bienes de primera necesidad. Por fuerza, la reducción de los ingresos, o desaparición en caso de quedarte sin trabajo, unida a la subida de los precios de las cosas solo puede ir encaminada en una dirección: tirar de lo ahorrado para sobrevivir.

Aquellos pequeños ahorradores que en el principio de los 2000 se lanzaron a invertir y especular en la Bolsa ya han desaparecido. Aquellos ahorradores que buscaban meter su dinero en depósitos a 5 años escasean porque en ese plazo pueden pasar mil y una cosas y es preferible tenerlo al menor plazo posible. Ya no digamos el tema de las agrupaciones de deudas y refinanciaciones, porque ya ni hay eso, quien no paga todas las cuotas que debe ya ni paga la del préstamo a refinanciar.

Para mí, y mira que han sucedido cosas graves en la economía en los últimos tiempos, este hecho de que por primera vez las familias tiran del ahorro para sobrevivir es lo más grave que podría haber pasado. Muchos piensan que es un dato sin importancia, pero cuando un país, lo que tenía ahorrado para un futuro (ejemplo de familias para dar los estudios a los hijos en unos años) ha de recurrir a los ahorros para poder vivir el día a día es que algo no hacen bien los que dirigen la economía de un país.

Este punto es el punto ‘de no retorno’, una vez cruzado y sin indicios de vuelta atrás, es el claro síntoma de una recesión que arrastrarán un par de generaciones por lo menos. Sé que es difícil de realizar, pero entre las dos opciones de usar ahorros para vivir o bien reducir el consumo y no usar los ahorros, me decanto por la segunda opción a pesar de que el consumo caiga y eso vaya en detrimento de todos.

José Luis del Campo Villares, editor del comparador financiero iAhorro.com