La mayoría de personas ven la falta de adherencia a una dieta baja en calorías como un problema de falta de voluntad y dedicación. Sin embargo, cada vez hay más indicios de que esa "falta de voluntad" puede explicarse por cambios químicos y hormonales que proceden de la falta de sueño.

El doctor Stuart Quan, coeditor del blog de la Harvard Medical School, hace un análisis sobre la relación entre la falta de sueño como desencadenante del impulso a comer.

Cada vez hay más datos que apoyan la relación entre obesidad y falta de sueño. En su análisis el doctor Quan hace referencia a un reciente estudio experimental publicado en la "Journal Sleep" explicando la asociación entre falta de sueño y aumento de peso. Durante 4 noches se compararon dos grupos de jóvenes sanos, uno de ellos con restricción de sueño a 4´5 horas, y el otro con sueño normal. Al medir al final de los 4 días, la relación entre las hormonas responsables del hambre, grelina (que aumenta el apetito) y leptina (que lo disminuye), estaban alteradas favoreciendo un mayor apetito.

Otros estudios ya habían observado este mismo dato. Sin embargo, el doctor Quan explica que el estudio midió algo que los otros no: el consumo de aperitivos, en particular alimentos con alto contenido en grasa y proteína, fue mayor después de la restricción de sueño - y- los niveles de endocanabinoides aumentaron al aumentar el consumo de aperitivos.

Los endocanabinoides son sustancias químicas que despiertan el apetito (como la grelina) pero también estimulan los centros de recompensa del cerebro. Por lo tanto, este hallazgo sugiere que la restricción de sueño puede hacer que el acto de comer sea más satisfactorio. Podría ser que la falta de sueño contribuya al aumento de peso mediante la estimulación del cerebro provocando que comer sea más placentero. Si es así, la "falta de voluntad" no es debida a la debilidad personal, sino más bien es el resultado de un desequilibrio químico que resulta de la falta de sueño.

En mi opinión, la mayoría de los problemas emocionales o trastornos mentales dan lugar a problemas de sueño y secundariamente a problemas de aumento de peso. Una vez más, se demuestra lo importante de practicar una buena higiene mental. De ahí el refrán "mens sana in corpore sano".