Con la llegada del verano, se avecina la avalancha de turistas que suelen frecuentar España año tras año; El turismo es una fuente notable de ingresos para nuestra economía, 11% del PIB sin incluir los consumos internos que los turistas hacen. Cuidarlo y fomentarlo sin incurrir en barbaries urbanísticas parece lo más razonable para nuestro país.

La ocupación estas pasadas Vacaciones de Primavera ha sido de lleno total y las expectativas para el verano no pueden ser mejores. Sin embargo, nuestro sector empresarial turístico no debe dormirse en los laureles: la innovación permanente es imprescindible y más aún si vemos que esta bonanza viene casi en su totalidad de la coyuntura geopolítica: la situación en nuestros competidores directos es muy difícil: Libia, Túnez, Egipto, Turquía, Grecia, etc.. y ello deriva un flujo de turistas a países estables como España.

Sin embargo, tenemos un problema acuciante que es la creciente carestía energética: uno de los principales factores de costes en los complejos turísticos es el coste de climatización (frío y calor) que llega a suponer hasta el 60% de los costes totales de un complejo de apartamentos.

Y es aquí donde debemos incidir para reducir los gastos de explotación de nuestros complejos turísticos: limitando el consumo del aire acondicionado y de la bomba de calor con temporizadores de monedas, poniendo coto a los desmanes de los turistas; estos dispositivos se programan a gusto de la propiedad p.e. 1€ = 5 horas y sólo descuentan saldo cuando el AA está encendido, pudiendo incluso hacer una precarga de tiempo al entrar el turista en el apartamento y si incurre en exceso, deberá abonarlo insertando monedas.

Con ello, transmitimos al turista el concepto de que la climatización está limitada y el despilfarro de energía es ya parte del recuerdo; educamos a los turistas pues a practicar un CONSUMO RESPONSABLE de ENERGÍA.

El resultado de limitar los climatizadores es que el AA pasa de estar 24 hrs/día funcionando a no más de 5 ó 6 hrs/días, provocando una fuerte caída de la factura eléctrica, de las averías y una pequeña recaudación y, no menos importante, reduciendo las emisiones de CO2. Si aplicamos este ahorro energético a cientos de miles de climatizadores, vemos que el resultado de limitar el uso del AA es de vital importancia para la economía española al igual que para nuestro medio ambiente.

Es ahora, con ingresos abundantes en nuestro sector turístico, el momento para invertir en sistemas de ahorro energético.

Es ahora, con ciclos de bonanza económica y no de fuerte crisis, cuando debemos mejorar/reducir nuestros costes de explotación.

Para concluir: es ahora cuando nuestro sector turístico debe apostar fuertemente por implantar un TURISMO RESPONSABLE.

ARELIA, Soluciones de valor añadido