El exbanquero Mario Conde se sirvió indiscriminadamente de hijos, cuñados, familiares y empleados para poner en marcha un entramado criminal propio del crimen organizado, con el que habría hurtado ingresos a Hacienda y habría blanqueado 13,06 millones de euros procedentes de Banesto y Argentia Trust.

Así consta en el sumario del caso que investiga la Audiencia Nacional, en el que distintos informes de la Unidad de Delincuencia Financiera (UDEF) detallan el papel que desempeñaban los hijos, los cuñados y cuñadas, y distintos empleados de Conde, desde su abogado a jardineros o conductores.

En total son catorce las personas, entre empleados y familiares, las que aparecen como investigadas, que en uno u otro momento de las diligencias han declarado ante el juez. Algunos figuran como colaboradores necesarios y organizadores, al mismo nivel que el exbanquero, como su hija Alejandra, en tanto que otros aparecen como meros testaferros que se limitaban a figurar como titulares o administradores de alguna sociedad o a efectuar pagos en efectivo en alguna de las cuentas bancarias controladas por Conde.

En lugar destacado figura Alejandra Conde, en arresto domiciliario desde el pasado 13 de abril, la fecha en la que el juez Pedraz decretó prisión incondicional para Conde, acusado de blanqueo, organización criminal, frustración de la ejecución y ocho delitos fiscales.

Alejandra habría asistido en todo momento y desde finales de los 90 a su padre en la ejecución de una trama propia del crimen organizado, sostiene la UDEF, y su grado de implicación es el mismo que el del exbanquero.