Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que... una mujer gane el Nobel de Economía. O era., porque bromas como esa perdieron ayer sentido con la concesión del premio a la economista Elinor Ostrom, que pone fin a 40 años de exclusividad masculina en esta categoría. La elección de Ostrom, que comparte galardón con un hombre, no es el único paso adelante de las mujeres en la edición 2009 de los Nobel. Si en 2008 no figuraba ninguna entre los premiados, este año aparecen cinco, una proporción extraordinaria a tenor de la historia del premio.

Es cierto que el "sexo fuerte" –de los Nobel, claro– retiene también este año su mayoría, con siete galardonados (incluyendo el ansiado premio de la Paz, en manos de Obama), pero su predominio se tambalea como nunca antes. Los integrantes del jurado sueco, en su gran mayoría varones, rechazan cualquier influencia de estas cuestiones en sus elecciones. "No podemos pensar de forma táctica, si es mujer, hombre, estadounidense, no estadounidense, de derecha, de izquierda. Elinor Ostrom ganó el Premio Nobel no por su sexo, sino por sus aportes a la investigación", explica Mats Perssom, miembro del comité. Este año, sin embargo, el avance femenino llama la atención. En Medicina, las mujeres ganaron por 2 a 1 con la distinción de las estadounidenses Elizabeth Blackburn y Carol Greider. El resultado inverso se dio en Química, gracias a la israelí Ada Yonath entre otros dos hombres. El premio de Literatura fue para la germano-rumana Müller. "Es una sensación estupenda otorgar el Nobel a una mujer", admitió el jurado de literatura Peter Englund la semana pasada. Sin embargo, se apresuró a aclarar, nadie debe llamarse a engaño: "Es buena, no una mujer para cubrir una cuota".

"Esa sensación estupenda es mucho más frecuente en literatura"", constató Persson, del jurado económico. Y es que tres de los últimos seis premios en esa categoría fueron para escritoras, lo que deja a las mujeres igualadas a corto plazo. A largo plazo queda un largo trecho para poder afirmar lo mismo en el resto de categorías. Desde la primera edición de los Nobel en 1901 hasta la de este año, 762 hombres ganaron el galardón, frente a apenas 40 mujeres, incluyendo a la francesa Marie Curie en dos ocasiones. El Premio Nobel sigue siendo así un bastión masculino. Y también un bastión de fracs... y reverencias. Aunque también en eso hay diferencias: el protocolo establece una gran reverencia ante el rey para los hombres, mientras que las mujeres salvan el trago con una pequeña flexión, (cada vez más frecuente).