El aficionado mallorquín al deporte no es excesivamente forofo y sufridor, más bien al contrario, es por definición pesimista y de poco aguante, aunque es a la vez admirador de todo aquel que triunfa. En España se dice que lo que más nos gusta es elevar a alguien a la categoría de ídolo. Eso tiene su contrapunto en que también rápidamente le damos la espalda cuando las cosas no van bien dadas y alguien toca fondo. En Mallorca no somos ajenos al tópico y lo demostraremos.
Nadal sigue ahí arriba
Uno que sigue en la cresta de la ola es Rafel Nadal que ayer domingo conquistó su décimo título en Montecarlo, en la apertura de la temporada tenística en tierra batida. Era el primer torneo importante, un masters 1000 al que no han llegado en buena forma ni Novak Djokovic, ni Andy Murray, eliminados mucho antes del partido final. Un golpe de moral para el mallorquín que muerde por fin un trofeo en este 2017, en el que su principal reto es lograr también su décimo título en Roland Garros, posiblemente el único Grand Slam en el que el manacorí es favorito número uno a pesar de lo que diga su clasificación en el ranking de la ATP.
Voleibol para soñar
Ya se veía venir la semana pasada, y cuando se hizo con la corona de la Copa, pero ahora tras las dos primeras victorias en el play off final por el título queda claro que el nuevo proyecto de Damià Seguí, el Can Ventura, está llamado a reverdecer los laureles de lo que fue el histórico Son Amar. Dos titulos en el año de su debut en la Superliga dejan bien a las claras cómo se deben hacer las cosas en este deporte. La guinda del pastel, la tercera victoria, está al alcance de la mano de los mallorquines este próximo sábado, en un polideportivo de Son Moix que debería estar a reventar de público.
Las buenas noticias que da el voley en Mallorca no se ciñen solo al Can Ventura, sino que se hacen extensivas a la categoría femenina, con el protagonismo destacado del JS Hotels Cide, que ha logrado también este fin de semana el ascenso a la superliga femenina tras superar al Chamberí. Dos equipos en lo más alto, un sobresaliente para este deporte.
Fútbol sala y baloncesto con posibilidades
En la nómina de disciplinas que mantienen la atención del aficionado están el fútbol sala y el baloncesto. El Palma Futsal está, a falta de una jornada, muy cerca de su objetivo -la cuarta plaza, ahora es quinto-, algo que habrá de refrendar. Una manera de mantener sus opciones al título, aunque no es el favorito.
Ha salvado también los muebles el Palma Air Europa en la LEB oro de baloncesto. Los palmesanos se sitúan en plaza que les permite optar al ascenso, el objetivo mínimo deseado por todos en el inicio de temporada.
El triste fútbol
Y si toda esta variedad de deportes con pelotas o balón ha merecido las loas de la semana, lo que se llama el deporte rey, el fútbol, no da más que para disgustos, empezando sobretodo por el principal representante. el Mallorca, que camina a marchas forzadas hacia el infierno de la Segunda División B, una categoría maldita de la que es dificilísimo salir y si no que se lo pregunten a la cantidad de clubes históricos que vagan por ella. Ayer se perdió otra oportunidad de cobrar algo de vida y en lugar de recortar distancia se amplió aun más la desventaja sobre los rivales con una jornada menos. Ni siquiera marcar un gol cuando el partido apenas había comenzado sirvió para nada. El aficionado mallorquín no puede hacer otra cosa que esperar con resignación un desenlace fatal que augura un negro futuro para el proyecto de Sarver, que ahora queda en entredicho.
