Fernando Vázquez ha vuelto a quedar retratado. Por sus jugadores y por su atrevimiento...en la sala de prensa. Con cuatro victorias en dieciséis partidos resulta arriesgado, por no decir temerario, hablar de ascenso directo. Está bien como objetivo, como propuesta, pero esta ambición de boquilla debe quedar reflejada en el terreno de juego. Y ayer, en Elche, una vez más, el equipo se mostró como cualquier cosa menos como un aspirante al ascenso. El equipo de Vázquez volvió a mostrar su faceta más conformista, su cara b, la de los desplazamientos. Un grupo que afronta los partidos a verlas venir, sin ninguna propuesta de juego y con la conquista de un mísero punto como único objetivo. Y claro, cuando sales a empatar, acabas perdiendo. No cada día es fiesta, y la victoria en Córdoba, la única a domicilio de la temporada, llegó por puro azar.
Una vez perdido el partido se echó en falta algo de autocrítica en el entrenador y los jugadores. Como ocurre en estos casos, solo se acordaron de sus ocasiones de gol -en realidad dos, el cabezazo de Brandon y el poste de Lekic-, pero se olvidaron de las cuatro o cinco, penalti fallado aparte, del Elche. Cuando se juega mal, o a muy poquita cosa, hay que admitirlo. El Mallorca tiene un grave problema en sus salidas. No muerde, no asusta, es un equipo previsible y muy blando en las dos áreas. Así es imposible.
Podría mirarse Vázquez en el espejo de Bordalás. Cogió el banquillo del Getafe hace nueve jornadas y ayer, en Córdoba, sumó su quinta victoria, una más que el gallego en dieciséis. Eso sí es un equipo que aspira al ascenso directo, aunque su entrenador no lo vaya pregonando. Un grupo ambicioso, que sale a ganar tanto en casa como fuera. Un Mallorca así es el que quiere la afición. No es de extrañar que al consejero delegado no le haga ni pizca de gracia lo que considera una bravata de su entrenador, que haría bien en no pronunciar la palabra ascenso hasta que consiga al menos dos victorias consecutivas.
Gran iniciativa del Atlético Baleares, que en el partido de ayer ante el Saguntino tuvo un recuerdo para las mujeres de Balears víctimas de la violencia machista. Los nombres de Lisa, Victoria, Lucía, Ada Graciela, Celia y Xue Saura figuraron en las camisetas de los hombres de Ziege. Un gesto que les honra.
Llegó la primera. El Palma Fustal ya sabe perder. Lo hizo por primera vez el pasado viernes en la pista del Santiago Futsal. Pero los de Juanito siguen líderes merced a la victoria de ElPozo de Miguelín en la cancha del Barcelona. Estaba claro que ese día llegaría porque nadie es infalibe. Conscientes de que queda un largo trecho, que le quiten lo bailado a los jugadores y cuerpo técnico. Siguen en lo más alto, disfrutan y, aún mejor, hacen disfrutar al cada vez mayor número de fieles.
Gana Rosberg, pierde la Fórmula Uno. Nico Rosberg se proclamó ayer en el circuito de Yas Marina campeón del mundo de Fórmula Uno por primera vez, emulando a su padre, que lo consiguió hace más de treinta años. Enhorabuena al campeón. El circo del Mundial ha vuelto a dar este año su enésimo paso atrás. O los capitostes del campeonato se inventan algo para frenar el insultante dominio de Mercedes e igualar las carreras, o la Fórmula Uno se va definitivamente al garete. No extraña que las audiencias sean cada vez menores y que los aficionados den la espalda a un acontecimiento que, de antemano, sabes quién va a ganar. Y Alonso que medite si vale la pena arrastrarse de esta manera por los circuitos.
