André Greipel es uno de esos depredadores que se muestran inmisericordes cuando huelen la sangre. Le delatan su nariz aguileña y su espíritu de cazador. Por algo el alemán es uno de los grandes del esprint en el actual panorama del ciclismo mundial. Condición que reivindicó ayer en las calles de Porreres, a la hora de rematar con victoria una jornada de mucho trabajo a cargo de su equipo, el belga Lotto-Soudal. Coincidió con la prueba inaugural de la XXV edición de la Challenge Volta a Mallorca y de la temporada europea de competición UCI.

A la hora de la verdad, Greipel no perdonó y conquistó su victoria número 124 en su primera aparición en la que representa su decimosegunda temporada como ciclista profesional. "Siempre es bueno empezar la temporada con una victoria y, además, trabajamos mucho para lograrla, por lo que es un triunfo muy merecido", destacó el germano de 33 años.

"Es la séptima vez que compito en Mallorca, a donde venimos también a entrenar en pretemporada y por eso conozco bastante bien los recorridos de la isla. Me gusta esta carrera y correr aquí. El tiempo es fantástico, es como disfrutar de un principio de primavera en enero y es un gusto competir en estas condiciones", destacó en su análisis André Greipel.

Protagonismo local

Greipel se mostró muy agradecido por el trabajo realizado a su favor por el Lotto-Soudal, marcando el ritmo al frente del pelotón durante toda la jornada para neutralizar una fuga que se mantuvo en cabeza de carrera desde el kilómetro 27, llegando a contar con algo más de cuatro minutos de ventaja, y que no se neutralizó hasta a 35 kilómetros de meta. Una seria aventura en la que se metieron Lizarralde, del Euskadi-Murias; Andre Gonçalves, del Caja Rural; y Janorschke, del Roth.

Entre los corredores de las islas destacó el décimo puesto que logró el menorquín Albert Torres en meta, confirmando sus progresos como velocista en finales masivos, el Top 20 de Lluís Mas; así como la escapada en solitario de Xavi Cañellas a lo largo de los últimos 30 kilómetros. Un bonito desafío que permitió al benjamín de la Challenge hacerse con el premio de los esprints especiales.