En una final de locura, por las muchas cosas que pasaron sobre el césped del Ono Estadi, el Mallorca cedió su primer empate de la temporada en Palma y ve frenada su marcha hacia la Liga de Campeones. Un punto que, según cómo se mire, sabe a gloria después de que a cinco minutos para el final del partido el Málaga se adelantara por medio de Obinna. Fue un encuentro feo, pero en el que pasó de todo: penaltis, expulsiones, postes, goles y hasta agresión entre compañeros. Aduriz y Keita, que no se pueden ver ni en pintura, protagonizaron un espectáculo lamentable segundos antes de que Mejuto González pitara el final del partido.

Fue una pena que el Mallorca no sumara ayer los tres puntos. Por la escasa entidad del rival –a un punto de las plazas de descenso– y porque los de Manzano jugaron toda la segunda parte con superioridad numérica por la expulsión del malacitano Stepanov en el minuto 43 de la primera parte por unas claras manos dentro del área. Ni por esas. El Mallorca estaba ayer para muy pocas cosas. Desde el primer momento dio la impresión de que los rojillos daban por hecho que el gol de la victoria llegaría sí o sí. Sólo era cuestión de tiempo, debieron pensar. Pero los minutos iban pasando y, aunque el Málaga apenas inquietaba la portería de Aouate, el Mallorca tampoco creaba el peligro que se presuponía antes de empezar el partido ante un rival que lucha desesperadamente por evitar el descenso.

Nada ocurrió hasta el minuto 43 del primer periodo, cuando Mejuto expulsó a Stepanov por manos dentro del área. El penalti lo lanzó Castro y permitió que su compatriota Munúa se luciera. Hubiera podido ser determinante para la suerte del partido que el uruguayo adelantara a su equipo en el marcador. Irse al descanso el Málaga con un gol en contra y un jugador menos hubiese sido fatal. Pero no fue así. La pregunta que hay que hacerse ahora, aunque más de uno pueda pensar que es jugar con ventaja, es el motivo por el que Castro lanzó la pena máxima. Es la primera que tira en toda la temporada el buen jugador charrúa, cuando Borja ha demostrado con creces que es un perfecto lanzador de penaltis. No es la primera vez que se tropieza en la misma piedra. Aduriz, después de fallar un penalti en Xerez, repitió fortuna en la Copa del Rey ante el Getafe. Y volvió a fallar, en un error que costó la eliminación del torneo copero. Dirá Manzano que en el equipo hay una serie de lanzadores y cualquiera puede hacerlo, pero tiene difícil explicación que deje de tirarlos quien habitualmente los marca. Es aquello de que lo que funciona, mejor no tocarlo.

Lo cierto es que, lo que se preveía una avalancha rojilla en la segunda parte, fue un dominio claro pero sin ningún agobio para la defensa andaluza. Muñiz apenas varió el sistema. Cuatro hombres atrás, otros cuatro en el centro del campo con Duda como director de orquesta y Caicedo delante. Muy bien ordenado el Málaga y con un Munúa que no se inmutó al escuchar los desagradables mensajes que le llegaban del fondo sur, iban pasando los minutos sin apenas ocasiones de los rojillos. A ratos jugaban al tran-tran. El equipo despertaba únicamente de las arrancadas de Mattioni desde el lateral. Desaparecido Borja, que lleva varios partidos apagado, como si se hubiera quedado sin pilas, el brasileño le puso algo de salsa a un partido que moría sin que nada pasara. En el minuto 65 protagonizó la jugada del partido al superar a cuanto rival le salía al paso. Se plantó delante de Munúa y, a la hora de disparar, le salió una pifia monumental. La jugada mereció acabar en gol.

El Málaga seguía a lo suyo. Defender con orden e intentar aprovechar algún contragolpe. Obinna, que en los veinte minutos que estuvo sobre el terreno de juego creó él solo más peligro que todos sus compañeros, estuvo a punto de marcar en el minuto 77. Tras fallo de Nunes y con Aouate batido, Rubén se cruzó en su camino y evitó el gol del Málaga cuando el balón ya entraba. Empezaba otro partido. Hasta la conclusión se sucedieron acciones en una y otra área en un final trepidante. Dos minutos después de la jugada de Obinna, fue Aduriz quien estrelló el balón en el poste. En el 85 llegó el mazazo con el gol de Obinna, que batió por bajo a un Aouate que volvió a estar fantástico. Por cierto, el israelí volvió a denegar el saludo a Munúa al comienzo del partido, demostrando que no ha olvidado la agresión que sufrió del uruguayo cuando ambos militaban en el Deportivo.

El Mallorca tuvo la virtud de no rendirse. Quedaban cinco minutos más lo que añadiera Mejuto. Y tanto insistió el equipo de Manzano que tuvo premio en el minuto 90 cuando Aduriz cabeceó a gol en un tanto no exento de polémica ya que Munúa protestó que Keita le había hecho falta. El guineano resbaló delante del guardameta del Málaga, lo que aprovechó el vasco para establecer el empate.

El equipo, con el brío que no había mostrado durante todo el partido, y con los de Muñiz ofuscados por lo que consideraban una injusticia, fueron en busca del segundo. Que no llegó. En su lugar se vio algo que pocas veces se ve en un campo de fútbol, que dos compañeros de un mismo equipo lleguen a las manos. Es lo que hicieron Keita y Aduriz. El vasco, un ganador nato, temperamental como pocos, recriminó a Keita que no le pasara el balón al borde del área después de que el guineano se hubiera hartado de chupar balón. Lógicamente, lo acabó perdiendo. Y fue en ese momento cuando se vio a un Aduriz encendido, fuera de sí. Con los brazos no paraba de recriminar a su compañero que no le hubiera pasado el balón, y le llegó a tocar. Keita, por lo que se ve también de sangre caliente, se fue hacia Aduriz y le soltó la mano antes de que algunos compañeros les separaran. Todo muy triste en un final que fue malo pero que, visto lo visto, pudo ser peor.

El Mallorca ha dado un paso atrás en sus aspiraciones de Champions en un partido que era imprescindible ganar por la entidad de los próximos rivales. Pero nada está perdido. Queda tela que cortar.

GOLES

(0-1) Min. 85: Obinna bate por bajo a Aouate (1-1) Min. 90: Aduriz de cabeza.

TARJETAS

AMARILLAS: Stepanov (m.16); Mattioni (m.30); I. González (m.40); Fernando (m.52); Martí (m.83); Munúa (m.90); Aduriz (m.90); Toribio (m.90).

ROJAS: Stepanov (m.43) por manos.

ARBRITO

Nombre: Mejuto González (Comité Asturiano).

INCIDENCIAS

Estadio: Ono Estadi.

Espectadores: 13.208. Se guardó un minuto de silencio por el presidente de honor del COI, Juan Antonio Samaranch.