El vicepresidente y accionista del Mallorca, José Miguel García, oficializó ayer su renuncia a continuar en el Consejo de Administración del club. Miquel Vaquer, propietario de la empresa Oxidoc y consejero del club, ocupará la vicepresidencia que deja vacante. Y Francisca March regresa al consejo después de abandonarlo en agosto de 2009, coincidiendo con el desembarco de la familia Martí Mingarro en la entidad.

García se va después de cinco años vinculado al Mallorca por "razones profesionales". El ex vicepresidente acaba de ingresar en la junta directiva de la Cámara de Comercio. José Miguel García, que el pasado lunes anunció que abandonaría el Mallorca antes del final de la presente temporada, no ha tardado ni 48 horas en oficializar su renuncia. "Hay una serie de proyectos que tengo que poner en marcha para la Cámara de Comercio que no pueden esperar", justificó a este diario.

El promotor inmobiliario, dueño del Grupo Garbal, mantiene el control sobre el cinco por ciento de los títulos del club, que venderá al nuevo propietario conjuntamente con el paquete accionarial de Mateu Alemany. En su momento García desembolsó un millón de euros por esas acciones y espera recuperar al menos una pequeña parte de lo invertido con la venta.

El ex vicepresidente había amagado con abandonar la entidad balear el pasado verano, cuando Alemany traspasó la propiedad del club a la familia Martí Mingarro, pero finalmente decidió integrar la directiva de los nuevos propietarios.

Alemany propuso ayer a Vaquer el cargo de vicepresidente y éste aceptó, por lo que será nombrado en un Consejo de Administración que tendrá lugar el próximo lunes.

García se distanció notablemente de Vicenç Grande en la última etapa de su mandato, cuando arrojó públicamente sospechas sobre la gestión del ex propietario y pidió auditar las cuentas del club.

No se ha llevado mejor con Nando Pons, al que ha criticado abiertamente por haber aceptado el millón de euros de gratificación que le regaló Grande.