La tercera edición del Mallorca Live Festival será recordada. Por su cartel, con dos grupos internacionales con gran pegada como son Primal Scream y The Prodigy; por la respuesta del público, con más de 12.000 almas entregadas a un cartel de lo más variado; y por el ambiente, que gracias a una jornada sin contratiempos meteorológicos convirtió el recinto del antiguo Aquapark de Calvià en un crisol de tribus musicales.

Las puertas se abrieron a las 18.10 de la tarde -con diez minutos de retraso-, y a partir de ahí, el goteo de espectadores no cesó en toda la jornada. Se agotaron los abonos para los dos días y se dispararon las ventas en taquilla. La afluencia fue tal que, como era previsible, se produjeron largas retenciones de tráfico en los accesos al recinto. El poco personal que se destinó al aparcamiento -que acabó llenándose de vehículos- agravó la situación, para desespero de los festivaleros.

Tras el cacheo correspondiente, los espectadores fueron dispersándose por el amplio recinto, donde pudo verse numeroso personal de seguridad, incluidos agentes de la Guardia Civil. "Estamos dentro, no me lo puedo creer", fue una de las frases más escuchadas entre los jóvenes venidos de la Península.

Jóvenes y no tan jóvenes, porque el Mallorca Live dio muestras de ser una cita que no sabe de edades: fueron muchos los niños -los menores de diez años no pagan entrada- y también se vio público peinando canas. De hecho, la mezcla fue la nota protagonista, con fans de The Prodigy con sus crestas de colores junto a varones trajeados o mujeres tatuadas de pies a cabeza.

En lo musical, los primeros en actuar fueron los murcianos Jump to the Moon. Y aprovecharon sus treinta minutos, de gloria. El quinteto, de tres chicas y dos chicos, saludó al público con un pop de guitarras que derrochó descaro y frescura. También frescos, los mallorquines Thony Bloom inauguraron el escenario grande, con una propuesta que fue desde el pop electrónico al funk más bailable.

Pero suerte corrió El Petit de Cal Eril, el grupo que lidera Joan Pons salió con clase del entuerto en que les metió el equipo de sonido, que impidió que se escuchara su voz en las dos primeras canciones. "No sé si empezar otra vez o marchar. Esto es un festival y va como un misil. No se puede parar. Aunque es igual, porque las dos primeras eran instrumentales", bromeó Pons para atacar un repertorio que dejó boquiabierto a más de uno. Sin duda, una de las grandes sorpresas de esta primera jornada.

Otro que triunfó fue Muchachito, que le metió ritmo, y qué ritmo, frenético, al festival. Sonidos eléctricos y discotequeros con esa mezcla de rumba y swing que le define. Sacudió las caderas de los más bailones con temas como Aire y La noche de los gatos.

Igualmente aplaudidos fue L.A., que desbordó el escenario en el que le colocaron -poca carpa para tanto talento-; y La Raíz, con su cóctel de rock, ska, reggae y hip hop. Tras ellos llegaron Izal, con un Mikel Izal de vuelta a los escenarios tras ser acusado de acoso sexual, y la locura, con Primal Scream.

El cantante Izal dijo antes de empezar a tocar su canción Tóxica: "Alejaos de la gente tóxica" ante un numeroso público. Izar se reconfortó en Mallorca de las acusaciones de acoso ya que aseguró ante el público: "Estos días lo he pasado fatal, vuestra presencia me reconforta".