LADY BIRD
Estados Unidos, 94 min.
* * * * ½
De Greta Gerwig
Actores: Saoirse Ronan, Laurie Metcalf, Timothée Chalamet, Tracy Letts
Cines: Rivoli, Cinesa Festival Park
Juego de similitudes y diferencias entre Yo, Tonya y Lady Bird. Fuerte protagonismo femenino, planteamientos antagónicos y curiosa paradoja. Craig Gillespie recrea unos hechos reales como docudrama exagerado y cáustico; Greta Gerwig logra que un dramita adolescente sencillo e inventado aparente ser muy autobiográfico.
¿Cómo? Sencillo, aguzando la vista, el oído, la sensibilidad. Más (infrecuente) añadiendo inteligencia. Sacramento es una ciudad anodina del interior de California. Una jaula para jóvenes con inquietudes culturales como una adolescente (autoapodada Lady Bird/Ronan) en su último año de bachillerato. Sus padres son de clase media- media. Él (Letts) está desempleado y deprimido; ella (Metcalf) dobla turnos en un hospital. No soporta la rebeldía de su hija y su (leve) indolencia. La chica, sin destacar en nada, sin matarse a estudiar, sueña con estudiar en Nueva York y se agobia en el instituto público marcadamente católico. Choca todo el tiempo con su madre, congenia con una pandilla de pijos y se inicia en el amor carnal. Poca y mucha sustancia. Tiene derecho a seguir en la edad del pavo, ¿por qué no? Y también a soñar, como millones de chicos en sus circunstancias, con abrirse paso en una gran urbe. La madre por su parte está en su derecho de apretarla, curtirla para el futuro, desear que no abandone el nido. La protagonista tiene cierta similitud con la de Columbus o el de Call me by your name. El guión, el ritmo, la realización y la banda sonora en la película de Gerwig tienen mucha más vidilla. Acontecimientos mínimos pero muy seguidos. Y sobre todo una mayor, logradísima, sensación de autenticidad.