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Entrevista

Miqui Puig: "En los años 80 descubrí el sexo, las drogas y el rock&roll"

"Viví la noche barcelonesa muy poderosamente. Era una ciudad mucho más oscura", recuerda

Miqui Puig, un habitual de los escenarios mallorquines.

¿Por qué faceta le gusta que le reconozcan?

Por ninguna (ríe). Me gusta hacer música y no tengo ese problema. Tengo la suerte de tener ya casi 50 años y dedicarme a lo que me gusta: hago radio semanalmente, produzco grupos, hago mi música y la pincho como DJ. Es muy divertido y, a la vez, cada una es muy distinta. Si me preguntases con cuál me quedo, te diría que lo que más me gusta es estar en el estudio, componer y hacer de DJ y productor. Incluso solo como coleccionista. La música me llena mucho.

¿Cómo ha disfrutado más, como músico, como locutor, como presentador o como DJ?

Como músico tienes unas sensaciones muy curiosas. Ahora que estoy preparando nuevo disco tengo la emoción de saber hacia dónde iré. La de locutor de radio creo que es la faceta que más me gusta y la que más posibilidades tengo de hacer a la larga. El locutor tiene tempo, sabiduría y poder con su voz. El músico puede hacer cosas en el estudio, pero hacer vida normal es más difícil.

¿En qué punto de su carrera se encuentra?

Al final. Todo tiene una caducidad. Llegará un momento que por el físico, por el intelecto, por el interés? Haciendo servir algo más poético, diría que es el crepúsculo. No porque sea el final tiene que dejar de ser interesante. Al contrario. Hace poco oía que Neil Diamond lo ha tenido que dejar porque el pobre tiene Parkinson, no porque quisiera. Así como los escritores dejan de tener ideas, los músicos también acabamos.

¿Sucumbió a los excesos de los años 80?

Me cogieron al final. Viví la noche barcelonesa muy poderosamente en el final de los ochenta y principios de los noventa. Era una ciudad mucho más oscura que ahora y, a la par, más interesante. Los clubes eran más underground y en la ciudad pasaron muchas cosas, pero creo que a un chaval de 20 años le debe pasar lo mismo y que cuando tenga los 40 dirá que la Barcelona del 2018 era mejor que la del 2040.

¿Con qué se queda de esa época?

Con el descubrir las drogas, el sexo y el rock and roll. Con el descubrir en general. Cultura, libros, canciones que se te quedan grabadas para siempre y que te acompañan toda la vida.

¿Alguna referencia mallorquina?

Soy megafan de La Granja. Es uno de los grupos que más me han marcado y he seguido. Cuando años después le dedicaron un disco a Los Sencillos imagínate qué emoción. Como referentes ellos, pero después me viene a la cabeza Ex-Crocodiles, Los Valendas... Hay mucha música mallorquina que me ha acompañado.

¿Y en la actualidad?

Creo que Antònia Font es de lo mejor que le ha pasado a Mallorca. También me gusta Miquel Serra. Hay muchas cosas interesantes.

¿Cómo ve la actual escena ?

Como siempre. La gente tiene ilusión y se bate el cobre por sacar discos y hacerse conocido. Ahora hay un arma de doble filo. Internet es muy rápido y la gente quiere resultados inmediatos. Ahora las bandas que empiezan se olvidan de que las canciones son lo importante. Mi hermano y yo siempre decimos que ahora los grupos tienen más camisetas que canciones. Estamos en un momento en que ahora todos los grupos suenan a Tame Impala. Todos.

¿Han evolucionado lo suficiente las instituciones para favorecer una buena industria cultural en España?

No. Me parece que perseguir salas de conciertos no es favorecer una buena industria cultural. Si te vas a cualquier país de Europa, verás que todas las salas tienen unos beneficios fiscales para promover el arte. La gente va a las salas de una manera más regular porque todo es más fluido. El IVA, los artistas, la manera de trabajar?

La semana pasada, Palma

Creo que una fiesta popular tiene que tener música absolutamente popular. Eso es transversal. Si hay un artista local que puede representar un amplio sector de la sociedad, tendría que estar ahí. Todo el mundo hace su cartel y dice la suya. A veces confundimos la democracia con los gustos personales. Creo todo esto antes pasaba en los bares y ahora pasa en las redes sociales.

El sábado aterriza en Mallorca junto a Roller Disco Combo, un grupo del que ha sido productor. ¿Qué hay que tener para trabajar con Miqui Puig?

Canciones (ríe). No hay mucho más. En este 2018 saco el tercer disco de The Free Fall Band, el primero de Víctor Infiesta y el primero de Esmeralda Colette. Los tres han sido proyectos que tienen canciones y un algo que me seduce. Al final, en el negocio donde nos movemos, las canciones son la materia primera.

¿Las tienen los Roller Disco Combo?

Sí. Es un grupo formado con una honestidad total. Tienen una complejidad y un repertorio muy correcto.

¿Cómo se avecina 2018? ¿Tiene algún proyecto en mente?

Este año seguiré girando con mi disco y escribiendo canciones para el próximo trabajo. Ya veremos. Seguiré girando con la Agrupació Cicloturista Puig y el disco Escuela de capataces, y a ver si podemos venir a Mallorca, que tenemos muchas ganas.

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