Si un aspecto negativo podemos achacarle al concierto que vamos a comentar es su duración. Dos horas y media de música, aunque sea de Mozart y bien interpretada, puede ser un tiempo demasiado largo para muchos melómanos.
Pero vayamos a lo importante, esa magistral propuesta que de la mano de la Orquestra de Cambra del Conservatori Superior con la colaboración de la Cátedra de piano Alicia de Larrocha, tuvimos ocasión de disfrutar el pasado sábado en la misma sede del Conservatorio. Lleno casi total para escuchar a uno de los grandes, el pianista Josep Colom, como solista de esas tres obras sublimes escritas para el piano como protagonista i que tienen en común unos movimientos lentos de una profundidad y una belleza indescriptibles. "Por ese motivo he elegido esos tres conciertos, por la similitud de sus adagios", comentó Colom en una de sus certeras intervenciones antes de cada interpretación.
Tres conciertos, tres, largos pero también proféticos (números 9, 17 y 23). El primero, el K. 271, por ejemlo, contiene un tercer tiempo que ya señala lo que serán más adelante los Conciertos para teclado de Beethoven.
Josep Colom, vestido al estilo indio, con un dhoti totalmente blanco, contrastaba con el negro del director e instrumentistas. Curioso atuendo que no hace más que añadir un valor poético a esa comunión mística entre el solista y el piano. Colom no toca el piano, convive con él. Si no fuera así, sería imposible ofrecer un resultado tan lleno de pasión y sentimiento. Blanco y negro, dos colores, por otra parte, sumamente pianísticos.
Y para terminar, como bis, unas interesantes Variaciones sobre un tema de Johann Christian Bach, quien fuera mentor del propio Mozart.
Orquestra de Cambra del CSMIB
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Josep Colom, piano
Alfredo Oyagüez, director
Obras de Mozart
Auditori del Conservatori
Fecha: 13/01/18
