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Didáctica

El amor al arte une dos generaciones

'El museu de cap a peus' es un taller familiar especial de Navidad en el que niños de seis a doce años participan junto a los mayores de la casa

Mayores y pequeños se aproximan al arte de forma participativa, ayer en Es Baluard. b.ramon

Ya es toda una tradición para muchas familias de Palmarealizar una actividad cultural durante las vacaciones de Navidad. El arte va entrando cada vez más en los hogares y desde edades cada vez más tempranas, sobre todo gracias a lugares como Es Baluard, museo que lleva varios años poniendo al alcance de grandes y pequeños el arte moderno y contemporáneo. Así, a través de diversos talleres, los más pequeños van cultivando sus mentes de la mano de padres, hermanos, primos y también de sus abuelos.

Talleres como El museu de cap a peus permiten a grandes y pequeños aproximarse al arte de una forma participativa, pero también estrechar esa relación tan especial que existe entre esas dos generaciones. "Estas actividades acostumbran a los niños a la cultura", señala Tina, quien lleva tres años consecutivos participando en los talleres navideños de Es Baluard junto a su nieto, Eric, alegre y contento mientras emula ser una escultura junto a Tina, forma parte de la creación de una historia con los demás niños y mayores y también cuando todos juntos la recrean sobre un pequeño escenario situado en la última sala del recorrido.

Lo mismo opina Fátima, quien acompañada por sus nietos Toni y Andreu participa encantada en todas las propuestas. "Encuentro que estas actividades son necesarias, mis nietos venían muy contentos", añade.

De esta forma, el Museu aúna artes escénicas y arte contemporáneo: abuelos y nietos han trabajado la expresión corporal, han estimulado los sentidos y se han conocido más los unos a los otros.

Tan lejos y tan cerca

En algunos ámbitos la brecha generacional que existe entre ellos se convierte en una delgada línea, así lo asegura Lucía Sánchez, la joven actriz de la que nació la propuesta de este taller, "con los mayores de estas edades suelen funcionar las mismas actividades que con los niños: relacionadas con la memoria y los estímulos".

Se trata de una actividad navideña de lo más enriquecedora, mediante la cual abuelos y nietos se expresan delante de todos sin tapujos, "Me ha transportado a una carrera de bicis", "a mí a una granja de gallinas", "el olor a humedad me ha hecho sentir que estaba en un bosque, "olía a chuches", contestan risueños Eric, Tino, Tina y Pau, respectivamente, después de trabajar el mundo onírico y de tratar de modificar los sueños al estimular son sentidos. Algo que, afirma Sánchez, "este taller ayuda a que los abuelos se sientan más desinhibidos, que no les de tanta vergüenza hacer este tipo de cosas".

Esta apuesta por el arte ayuda a que los niños no sientan vergüenza al expresarse en público, les incita a pensar y así hasta los más tímidos, muy sonrientes, participan. El resultado: la mayoría repite año tras año.

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