Diario de Mallorca

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Crítica de música

Aburrido no, delicioso

Orquestra Simfònica de Balears

Auditòrium de Palma

* * * * ½

Director: Leopold Hager. Obras de Schubert, y Bruckner. 16 de noviembre

Hace un año, casi día por día, Leopold Hager, todo un top ten de la dirección orquestal, se puso al frente de nuestra Orquestra Simfònica con un programa Beethoven, Schumann y Brahms. Ahora ha vuelto, sin solista, y con otros dos compañeros de viaje: Schubert y Bruckner, de quienes dirigió la Quinta y la Cuarta sinfonías, respectivamente.

Con Hager al frente me he reconciliado con Bruckner. Ya no me parece aburrido. Su versión de la Cuarta fue muy seductora, con una potencia y una energía que hicieron imposible no ceder a su encanto. Leopold Hager, a sus ochenta y dos años, emana juventud. "Tenemos la edad que tienen nuestros sentimientos", escribe Thomas Mann en La Muerte en Venecia. Así que Hager, sin duda, siente como un adolescente.

¿Y qué fue lo que hizo que ese Bruckner fuera tan atractivo? Sin duda el énfasis en el fraseo. Todo es cuestión de los signos de puntuación, del lugar donde pongamos la coma o el punto y seguido. Como en los augures clásicos de griegos y romanos cuando se les preguntaba sobre si el hijo volvería de una guerra: Morirás no volverás decían, para al regreso (o no) poner la coma dónde les convenía (no es lo mismo Morirás no, volverás que Morirás, no volverás). Así que el director de Salzburgo (¿para cuándo lo veremos en un programa Mozart?) hizo que las frases sonaran nuevas, y todo con una puntuación diferente. Todos los movimientos y todas las secciones sonaron de forma deliciosa. Destacable, sin duda, esa melodía del segundo tiempo, con las violas cantando el tema mientras las otras cuerdas les están acompañando. Pura delicia.

Lo mismo podemos decir de esa obra tan notable como es la Quinta de Schubert. ¡El fraseo, imbécil, es el fraseo! Sí, otra vez esa manera de poner el énfasis, de parar, de respirar, de silenciar incluso (en la música, el silencio cuenta tanto como las otras notas). La alegría que envuelve toda esa partitura salió a flote. Inmenso Hager, inmensa la Orquestra.

Se nos hará largo esperar otro año para disfrutar del maestro. Pablo, Pere: haced que vuelva pronto.

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