P ¿Qué han preparado para el concierto del Auditòrium de Palma?
R Estamos celebrando los tropecientos años de nuestro inicio como artistas, y haremos en el Auditòriun un repaso a nuestra carrera a través de las canciones que escribimos en diversas épocas, aderezado con anécdotas y humor, más imprescindible que nunca en estos tiempos.
P ¿Qué recuerdos le trae Mallorca?
R Wow…! Mallorca fue siempre para nosotros un diamante en nuestra carrera por varias razones. Primero, porque hemos actuado decenas de veces tanto en Palma como en otras ciudades y pueblos, porque vivimos muchas temporadas aquí, rodamos gran parte de la película con Marisol Búsqueme a esa chica, porque aquí conocí a mi actual esposa, Shura, con la que me casé en Palma, y.… porque hasta tuve durante bastantes años una (ruinosa) tienda de discos, Discolandia, al final del Borne a mano derecha. Esta última con mi buen amigo periodista Miguel Soler, por cierto.
P ¿Qué les mantiene sobre los escenarios, más de medio siglo después de su estreno?
R La respuesta no es difícil: el éxito. Uno no se sube a un escenario -o no continúa en él-, si no tiene público, que juega un papel absolutamente imprescindible. Siempre decimos que estaremos ahí mientras el cuerpo aguante y la gente nos aplauda. Cantar y poder crear emociones, no tiene precio.
P Con más de 300 canciones grabadas, ¿cómo se redacta un ‘set list’ sin caer en la locura?
R Hay canciones que a veces, sin saber por qué, encuentran enseguida el favor del público, y afortunadamente escribimos y cantamos bastantes de ellas como para llenar dos conciertos diferentes. Con cantar las canciones que fueron número uno entonces y alguna más para despistar, tenemos un buen concierto. Tenemos imprescindibles como Quince años tiene mi amor, Amor de verano, Esos ojitos negros, Como ayer, Lolita, Perdóname, Quisiera ser, Resistiré…
P Su debut se produjo antes incluso que el de los Beatles. ¿Los de Liverpool les conquistaron desde el principio?
R Salimos como unos cuatro años antes que los Beatles. Cierto es que causaron impacto por su look, y por su música desenfadada y distinta. Fíjate que, al principio, nos parecía que tenían muchos dejes y giros de nuestros también maestros The Everly Brothers, aunque crearon canciones increíbles como Michelle, Yesterday o She is leaving home, que me fascinaba. Son, fueron, mejor dicho, unos monstruos.
P Los Stones, como ustedes, siguen en la brecha. ¿Les ven en buena forma?
R Nada más hay que ver Mick Jagger deambular por el escenario para ver que sí. La vitalidad que destila es, creo, única en la historia del rock. Si te soy sincero, no fuimos fans acérrimos de ellos, porque nos parecían un pelín bastos para nuestro gusto, y no quiero ofender a nadie. Su Satisfaction es una maravilla
P Sus voces parecen no haber cambiado, ¿cómo lo han conseguido?, ¿cuáles son los mayores peligros para un vocalista?
R Ignoramos cómo, pero es cierto. Cantamos las canciones en el mismo tono. Cuando volvimos a los escenarios en 1978 después de seis años de parón, pensamos que debíamos bajar las canciones medio tono o más. Lo probamos, pero tuvimos que volver al tono original porque no nos salían bien. Cada canción tiene un tono. Si lo cambias, ya no es igual. Manolo se cuida la voz algo más que yo, pero la verdad es que ensayamos poco, excepto antes de cada concierto, y no tomamos excesivas precauciones para no caer con gripe o con afecciones de garganta. ¡Es que llevamos una vida bastante sana! Además, el no haber fumado nunca ninguno de los dos, seguramente ayuda.
P Siguen cantando ‘Somos jóvenes’. ¿En la música está el secreto de la eterna juventud?
R La música es imprescindible en nuestras vidas, allá donde miremos. Imaginemos un día entero sin música en tu casa, en el móvil, en la tele, en las películas, en la radio… Es inconcebible, ¿no? Por eso no se entiende que no se cuide más a los autores y que pirateen sus obras -su trabajo, su sueldo-, simplemente porque están al alcance de un clic.
P ¿Qué significa para usted ser un ‘indie’?, ¿qué sintieron en un festival como el Sonorama?
R Fuimos los primeros indies (risas)… cuando aún no existía esa palabra. Si indie es una reducción de independiente, lo fuimos en grado sumo. Cuando empezamos a grabar, en 1959, no existía prácticamente la música pop, y tuvimos que aprender y exigir a nuestra discográfica muchas cosas, como una gran orquesta (querían un grupo mini), canciones propias (¡cómo vais a componer vosotros!), una foto en color para la portada (ellos querían una en blanco y negro porque no había presupuesto…) Y sí, Sonorama nos abrió otro mundo y nos dio a conocer a un público más joven, que aunque sabía de nosotros, no nos había visto cantar en directo. El colaborar con Amaral o Miss Caffeina fue de nota.
P ¿Qué relación mantienen con los jóvenes músicos de hoy? ¿Se sienten queridos por las nuevas generaciones de espectadores?
R Te voy a contar un secreto. Nosotros siempre hemos ido a nuestro aire, aunque hemos sido amigos de todos. Ahora es difícil coincidir con grupos, porque cada uno se organiza con su equipo, pero si tenemos ocasión, vamos a ver alguno, y supongo que ellos hacen lo mismo.
P Ustedes grabaron el primer rock en España. ¿El rock goza actualmente de buena salud?
R El rock nunca morirá porque siempre habrá quienes lo reivindiquen. Grabamos en nuestro primer disco un rock, Cowboy, que para asombro de todos, era… italiano, de Renato Carosone. Cuando hay talento, y en España lo hay, abundan las buenas canciones y los buenos músicos. Por cierto, creo que la selección de (la nueva) Operación Triunfo debería mejorar. Y mucho.
P Los Beatles, Dylan y los Rolling han sido sustituidos por Lady Gaga, Beyoncé y Selena Gomez. ¿Los tiempos han cambiado a peor?
R A mí me gustan todos los que has nombrado, y si me apuras, te diré que en la selección de Spotify que llevamos de viaje, tengo muchísimo más de las segundas que de los primeros. Hay que estar al día, además de que hay canciones súper. Tienes a Sia, Ariana Grande, Katy Perry, Ed Sheeran… Sí, prefiero la música de hoy.
P Con la perspectiva que da el tiempo, ¿qué les dio la fama?
R Otra manera de vivir. Nosotros veníamos de currar en una fábrica de motores de aviación y de estudiar para peritos industriales, y lo cambiamos por una aventura, en la que, por cierto, nuestros padres no creían. Y una forma de ganar dinero disfrutando de tu trabajo, que no es poco. Pero siempre fuimos muy pragmáticos.
P ¿El franquismo les miraba con malos ojos?, ¿alguna de sus canciones chocó con la censura?
R Entonces, en los sesenta, todas las canciones que cantabas o grababas tenían que pasar por censura previa, donde te sellaban la canción como apta. Una vez sí nos hicieron cambiar ‘besar tu boquita sensual’ de la canción Rogar, y poco más. Luego pensamos que, curiosamente, Quince años tiene mi amor, podía tener una cierta carga sexual, porque entonces la gente empezaba a salir mucho más mayor, y era atrevido cantarle a una niña a la que ¡se le daba un beso! Supongo que vieron que era una canción blanca y que no había maldad.
P Ustedes que saben qué significa ganar en Eurovisión, ¿por qué cree que lo hacemos tan mal últimamente en este festival?
R Es que ahora hay más política que nunca. Siempre van a ganar los bálticos porque, aunque se odian como países se intercambian los votos. Cuando compites con otras tropecientas canciones, tu trabajo se diluye. Ayudado además por una puesta en escena que es un arcoíris continuo y que cansa a la tercera canción, a mí por lo menos.
P ¿Cuál ha sido la época gloriosa del pop español?
R Cada época ha tenido lo suyo. Unos dirán que los 60 porque ahí empezó todo, otros que la movida madrileña… Julio Iglesias… Al final son las canciones, las que quedan. Las buenas.
P ¿Cómo nació una canción como ‘Resistiré’, un auténtico himno?
R Fue Manolo de la Calva, mi compi, que tuvo la idea del título y algunas frases, también de la música, y trabajó la letra con Carlos Toro, periodista y gran autor de canciones. Les quedó redonda, y nos ha dado muchas alegrías porque ha ayudado a muchas personas a salir adelante de problemas y mirar la vida con esperanza.
P ¿En qué formato escuchan sus discos: vinilo, cedés, cassetes…?
R Siempre en digital, tanto en casa -en el ordenador- o en los viajes, especialmente por carretera; en mi caso, a través de iTunes y/o Spotify. Manolo, también en digital. ¡Ah!, y jamás escuchamos nuestras canciones si no es por una razón profesional.
