Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Sinfónica

Olga Peretyatko confía en la música como un camino hacia "la felicidad"

La cantante rusa, una de las sopranos más aplaudidas del momento, actúa mañana en el festival Formentor Sunset Classics junto a la Sinfónica de Balears

La soprano rusa Olga Peretyatko, ayer en el hotel Formentor. guillem bosch

"Una cantante tiene que ser creíble, debe creer al cien por cien en lo que está haciendo, olvidarse de la técnica para centrarse en el sentimiento, en la emoción", sostiene Olga Peretyatko (San Petersburgo, 1980). La soprano rusa, aplaudida por su rango vocal, capaz de alcanzar los más altos registros, y considerada por muchos como una de las grandes voces del momento, para algunos la mejor que interpreta a Rossini, actúa mañana a las 19.00 horas en el Formentor Sunset Classics, arropada por la Orquesta Sinfónica de Balears que dirigirá el colombiano Felipe Aguirre.

Ante su estreno en Mallorca, Peretyatko solo tiene buenas palabras: "Hoy en día hay mucha oscuridad en el mundo y me parece genial estar en un entorno como este, en Formentor, con este sol, el paisaje y un mar que poseen una energía positiva y saludable. Es maravilloso disponer de dos horas, las que dura el concierto, en las que desconectar de todo para disfrutar de la belleza y la música. Creo que el papel de la música es precisamente este, el de darnos la posibilidad de olvidar las cosas malas. Mi papel consiste en eso, en facilitar que la gente se pueda sentir un poco más feliz".

De Mozart a Caccini

El programa que abordará esta estrella del bel canto es una cuidada selección de verdaderas joyas del repertorio lírico que incluye piezas como el aria O mio babbino caro, de Puccini, o el célebre Ave Maria de Caccini, y en el que ha querido dejar su impronta. "El programa tenía que ser ligero, no algo pesado, acorde con el entorno", apunta. La primera parte, que arranca con Mozart ( Obertura de Le nozze di Figaro y el aria Deh vieni, non tardar), situará a Peretyatko cantando en el jardín del hotel Formentor. Seguro que se le verá cómoda, aunque eso no significa que el suyo sea un ejercicio sencillo. "Hay piezas que son extremadamente difíciles, como el aria Oh luce di quest'anima de Linda di Chamounix de Donizetti o Casta Diva de Norma, de Vincenzo Bellini. Pero no dejan de ser piezas ligeras, muy agradables de escuchar", añade.

"Fue idea mía incluir el Ave Maria de Caccini -aclara-, porque es una pieza bellísima de escuchar. Cuando era estudiante cantábamos muchísimo en los coros de las iglesias, por lo que estaba acostumbrada a escucharla, pero cuando empecé a cantar como profesional dejé de oírla, por eso quise incluirla. Es una pieza que de alguna manera conecta al público porque la gente la conoce", afirma.

Aunque algunas de estas obras las haya cantado en múltiples ocasiones, Peretyatko asegura que "cada vez que se interpreta una canción que se ha cantado antes se descubre algo nuevo. Me pasó hace dos días cantando el personaje de Violetta ( La traviata) e interpretando a la Gilda de Rigoletto en el Teatro Real. Es increíble porque cada vez se descubre algo nuevo, en este caso el gran genio que era Verdi. También me sucedió con el rol de Susana ( Las bodas de Fígaro); advertí algo nuevo porque la lengua la vas mejorando, vas hablando cada vez mejor y la vas entendiendo más. Lo ideal es cantar siempre las canciones como si fuera la primera vez, como si la hubieran escrito ayer para ti, y si se consigue ese sentimiento que no siempre se logra, es algo maravilloso", confiesa.

Devoción por Rossini

Pese a que Rossini figura con letras mayúsculas en su trayectoria -"es un compositor que trajo tantas cosas a mi vida"-, la soprano se muestra abierta a cualquier compositor: "Intento siempre que mi papel y el compositor que estoy interpretando sean mis favoritos, así como el director y la orquesta con la que canto en ese momento, porque esa es la manera de hacerlo creíble. Ahora me muevo entre Verdi y Rossini. Con Verdi es algo muy amoroso, la voz se convierte en parte de la orquesta, un instrumento más; y con Rossini se trata de la libertad, de la interpretación, la variación, la felicidad".

Con Verdi, Peretyatko ha vivido momentos que no olvida, como un bis en el Teatro Real con el barítono italiano Leo Nucci, juntos de la mano entonando la célebre Si, vendetta de Rigoletto.

Su agenda está cargada de "planes" a la vista y antes de que acabe el año tiene programados recitales y conciertos en ciudades como Berlín, Bolonia o Viena. "Estoy preparando cuatro estrenos, el primero de ellos en Omán con L'occasione fa il ladro de Rossini, que la canté por primera vez en 2005 pero en alemán, y ahora en italiano, una lengua diferente, como yo, porque mi voz y mi cuerpo han cambiado desde entonces. También me estrenaré con Los cuentos de Hoffmann de Offenbach, donde interpreto todos los papeles, el de Stella, Olympia, Antonia, Giulietta?.; y La sonnambula de Bellini en junio".

Óperas en las que será dirigida por hombres, porque las mujeres, en este campo, son una minoría que reclama una mayor presencia. "Hay un dicho en Rusia que dice: la gallina no es un pájaro y la mujer no es directora de orquesta. Un dicho terrible. Quizá sea por tradición. Quizá no sea la tradición correcta, no lo sé, pero tradicionalmente es así", reconoce.

"Hay pocas mujeres que ejerzan de directoras, una de ellas es la australiana Simone Young, de muy larga carrera, a la que conozco y con la que he estudiado. En la Filarmónica de Viena hasta hace poco solo aceptaban hombres. Quizá cambie eso. Las mujeres nos enfrentamos a más dificultades en esta profesión", lamenta.

Compartir el artículo

stats