Injusticias del show business: la única vez que el director Don Siegel ( Fuga de Alcatraz, Harry el sucio, La invasión de los ultracuerpos) se puso serio recibió palmas de la crítica y un sopapo de los espectadores. Y regaló una de las actuaciones más finas de un joven (entonces) Clint Eastwood. Sofía Coppola adapta por segunda vez la novela de Thomas Cullinan. El argumento es jugoso. En plena Guerra de Secesión norteamericana, a un solitario internado femenino de un estado sureño llega un soldado enemigo huido y herido ( Farrell). Para ellas lo más fácil es entregarlo a los suyos y a su suerte. Les puede la tentación de curarlo por cristiana caridad, mimarlo como a un pajarito herido. Es a la vez, lo saben, un soplo de aire fresco, un abejorro presto a libar, una semilla del diablo.
La diferencia de Coppola respecto a Siegel es sutil. Gira la cámara más hacia/desde las féminas, cuida muchísimo la fotografía (los amaneceres y atardeceres en la sabana del sureste norteamericano), y apura mejor los juegos de miradas. El libreto sin embargo sigue mandando. Sin rebosar profundidad, marca bien el jugo gato-ratón eludiendo indicar quien es quien. Y se puede ver también como una curiosa variante del dilema del prisionero. Todos encerrados en la mansión. Ellas obligadas a esperar el fin de la guerra; él agraciado con un repóker y desgraciado porque sólo puede escoger un naipe, acertar cual le ofrecerá el mejor salvoconducto. El tercer acto es pirotecnia dramática. Por el cogollo del segundo se mantiene la fuerza del guión y se justifica el remake.
La seducción
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Nacionalidad: Estados Unidos, 93 min.
Director: Sofia Coppola
Actores: Colin Farrell, Nicole Kidman, Kirsten Dunst, Elle Fanning
Cines: CineCiutat
