Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Balada alegre de trompeta

Nunca está de más repetirlo: tenemos una muy buena formación sinfónica. Pero añadamos algo más: adaptable a las diferentes maneras y estilos musicales. Lo demostró el pasado jueves en su décimosegundo concierto de temporada, en el que la diversidad de formas musicales fue una de las características de la sesión.

Para empezar, una obra de por sí poco interesante y que poco aporta a su época, el clasicismo. Ese Concierto para cuerno de caza de Jean Baptist George Neruda no ofrece nada nuevo, no sorprende ni emociona. El único valor es el de la rareza del instrumento solista que Pacho Flores hizo sonar de forma muy afinada.

El mismo músico, un venezolano salido de esa fructífera política artístico-musical que lleva practicando su país, dio una auténtica lección de buen hacer en sus dos nuevas aportaciones, Mestizo, que Efrain Oscher escribió para él, e Invierno Porteño, de Astor Piazzolla. Tanto en una como en la otra, intérprete y formación llenaron la Sala Magna del Auditòrium de buen ritmo. Alternando el mambo con el tango, nuestra agrupación sinfónica, como si de la mítica Orquesta de Pérez Prado se tratara, brilló al mismo nivel que el solista, convertido en un auténtico Chuck Mangione, a la trompeta. ¿Sala de conciertos o Sala de fiestas? Da igual, placer a raudales. Los bravos y aplausos, como era de esperar, obligaron al solista a ofrecer un bis fuera de programa. Pura delicia esa transcripción propia de una partitura pensada para la guitarra. Recordemos ese nombre, Pacho Flores, y pongámoslo en la lista de artistas a seguir.

Y en la segunda parte, una obra que en su época fue rompedora. De la danza sudamericana se pasó al baile tribal de La Consagración de la Primavera, que Mielgo y sus músicos, nuestros músicos, ofrecieron con solidez.

Compartir el artículo

stats