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Entrevista

Miquel Bezares: "Las grandes editoriales le han dado la espalda a la poesía y han hecho de la literatura algo banal"

'Si són flors' es el nuevo libro de Miquel Bezares que ha sido publicado por los valencianos de Edicions del Buc

Presentación en Llucmajor del poemario 'Si són flors' de Miquel Bezares. DEUXQUINZE FOTOGRAFIA

Miquel Bezares es un convencido optimista que reivindica el buen estado de salud de la poesía. Considera que las pequeñas editoriales son las que se preocupan por este género, porque las grandes le han dado la espalda. Filólogo catalán de profesión y escritor de oficio, Bezares ha publicado todos sus poemarios con pequeños editores. Y Si són flors, su último libro, no ha sido una excepción. Para esta obra, que contiene 44 poemas sobre el amor y la belleza, el poeta de Llucmajor ha trabajado con la valenciana Edicions del Buc.

-¿Cómo nace la idea de escribir Si són flors?

-Todas mis ideas salen del libro anterior. Mis obras están ligadas entre sí, porque cada poemario es heredero del que le precede. En Ocells obscurs de mi ya di algunas pistas del enfoque que tendría mi siguiente libro. Y en Si són flors también he dejado pistas de mi próxima obra. Siempre lo hago. Considero que esto crea un vínculo entre todos mis libros.

-¿Cuáles son las flores a las que le dedica el poemario?

-La flor es un símbolo de la fugacidad de la vida, la belleza y el amor. Esta idea parte de tres conceptos diferentes, que son los que dividen el libro.

-¿Y qué conceptos son esos?

-La primera parte es la flor, desde siempre objeto de belleza que llegado su momento caduca. Esta parte desemboca en la última, el cuerpo. El corazón del poemario es la segunda parte, la isla. Los tres elementos se entretejen para hablar del amor.

-¿Un amor romántico clásico?

-No, no es sólo un amor romántico, porque no me centro únicamente en la idea de amante físico. Es una reflexión sobre el amor entre el lector y el verso.

-¿Se trata de una reflexión que deben hacer los lectores o es propia?

-Ambas. Es la reflexión que yo hago en el poemario, pero también a la que quiero que lleguen ellos. Porque el libro ya no es mío, es de los lectores y tienen que hacérselo suyo. Para eso necesitan reflexionar.

-Del título llama la atención que empieza con minúscula y lo mismo sucede con los poemas.

-Es parte de mi estilo, ortografía desobediente. Quizá a los nuevos lectores les choque un poco, pero los que me conocen saben que es una línea que adopté hace bastantes años.

-¿Y las comas y los signos de puntuación fuera de lugar también son parte de su estilo?

-Es parte de una caligrafía propia que he ido desarrollando. Todo escritor busca su propia voz, una marca que defina sus textos y que los lectores identifiquen. El estilo se puede buscar desde muchos ámbitos, todo depende del escritor.

-¿Además de la ortografía desobediente, su estilo tiene algún otro rasgo distintivo?

-Siempre trato de buscar una métrica personal, que exista una simetría métrica. Es decir, en Si són flors el primer poema y el último tienen exactamente el mismo número de sílabas. Lo mismo sucede con el segundo y el penúltimo. Así sucesivamente hasta encontrarse en el centro. Es una forma de trabajar muy personal, aunque el lector no se de cuenta.

-El título del poemario da la impresión de que está incompleto, que le falta algo.

-Esa es la sensación que quería crear. Los escritores solemos plantear respuestas en nuestros libros, pero también preguntas que el lector debe responder. El título queda incompleto para que cada uno saque su propia lectura. Y no hay una sola, sino muchas formas de entrar en el texto.

-Entonces, ¿la pregunta I si no ho son?

-A mí la reflexión que hace Lucia me encanta. Encuentro que es un buen complemento para el libro y los editores también están satisfechos con su aportación. En realidad, se podría decir que el poemario está lleno de elementos llamativos que invitan a la reflexión. No sólo el título y mi estilo desobediente, pero eso deben descubrirlo los lectores.

-Con el escaso apoyo que le brindan las grandes editoriales a la poesía, ¿es muy difícil publicar poemas hoy en día?

-Las grandes editoriales le han dado la espalda a la poesía y han hecho de la literatura algo banal. Pero por suerte, los pequeños editores han recogido el testigo y ellos sí se preocupan por lo que publican. No piensan en el dinero, sino que priorizan sus colecciones. Yo me alegro de que sea así.

-¿Son las pequeñas editoriales el presente y futuro de la poesía?

-Hay que analizarlo desde un punto de vista optimista. He trabajado con pequeños editores y me siento muy satisfecho. Si son flors lo he sacado con Edicions del Buc, una editorial valenciana que llevan cuatro jovenes. Sólo publican lo que les gusta, sin pensar en lo que van a ganar. Es una forma diferente de trabajar. Con calma, sin correr y mimando mucho más cada libro.

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