No recuerdo, en todos estos años de crítico, haber visto nunca al público de un Teatre Principal de Palma, prácticamente abarrotado, puesto en pie, aplaudir con el entusiasmo y con la insistencia del domingo por la noche, al mallorquín Pep Tosar y a su compañía, después de esa maravilla que es Federico García. Por Lorca y su genialidad, sí. Y porque le asesinaron los fascistas hace ochenta años, también. Pero, además, por eso que posee Tosar, como creador e intérprete de soberbios espectáculos, y que tanto se parece al duende indefinible del arte del flamenco.
Como en el prodigioso Esquena de ganivet, sobre Damià Huguet, o como en el fantástico Tots aquests dois, en torno a Guillem d'Efak, aquí Tosar (y Evelyn Arévalo) emplean la fórmula del documental escénico, reuniendo un buen abanico de ingredientes seductores: la música y el baile, la lectura y el recitado, las grabaciones en vídeo y las herramientas dramáticas, que permiten extraer una representación redonda, plena de emoción y de sentido. No es la tópica propuesta pedagógica sobre el autor de turno, aunque se aprenden muchas cosas sobre Lorca. No es una hagiografía: la puesta en escena les confiere humanidad genuina, a él y a los otros personajes que por aquí deambulan, como Dalí o Buñuel. Técnicamente, impecable Artísticamente, sobresaliente.
Me sorprende que de Federico García sólo se haya programado una función en Palma, y que lleve sólo ocho realizadas desde su estreno absoluto, en el Grec de 2015. En abril próximo, recalará en el Romea de Barcelona: un mes.
Federico García
TEATRE PRINCIPAL (PALMA)
****
Dramaturgia, escenografía y vestuario: Pep Tosar y Evelyn Arévalo. Dirección: Pep Tosar. Intérpretes: Pep Tosar, Fernando Jiménez, Alba Carmona, Jesús Guerrero y David Domínguez. Coreografía: Jesús Carmona. Audiovisuales: Agustí Torres y Francesc Martorell.
