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Crítica de cine

No hay paz para los bondadosos

La penúltima resurrección de Jason Bourne es un (otro) cepo atrapacríticos. ¿Es más importante el conformismo del argumento o hay que dejarse llevar por un espectáculo bastante menos hueco que propuestas similares? ¿La inclusión en segundo plano de manifestaciones contra el austericidio griego o referencias a las filtraciones de Edward Snowden es actualidad legítima u oportunismo carroñero?

Sí y no. De todo un poco. O dejémoslo en una cuestión de feeling. El tema del agente amamantado primero y repudiado y perseguido después por el organismo de inteligencia más poderoso del mundo es ya repetitivo. Los griegos y Snowden quedan como convidados de piedra, sin profundizar en sus motivaciones. La bondad del ya no tan joven Bourne se sublima mostrando que ya no mata alegremente (recurre sobre todo a los puños) y que antes lo hacía (spoiler) porque su padre lo engañó para entrar en la CIA. Pobret! Sin embargo la capa superficial del filme es soberbia como película de acción. Los diálogos, sobre todo los del director y subalternos de la CIA son muy creíbles, muy afinados. El ritmo es frenético sin llegar a mareante, excepto en las persecuciones motorizadas demasiado calcadas de Fast & Furious. Y el cuartero principal del reparto, Matt Damon, Tommy Lee Jones, Alicia Vikander y Vincent Cassel, es todo menos conformista. A los tres primeros les avalan merecidos Oscars previos; el galo, con su pelo rizado, ojos claros y poderoso físico, intimida como pocos villanos del cine reciente. Película palomitera y bastante hueca, sí, pero trepidante gracias a la batuta del director Paul Greengrass y la solidez de sus actuaciones.

Jason Bourne

Estados Unidos, 123 min.

***½

Director: Paul Greengrass

Actores: Matt Damon Tommy Lee Jones, Alicia Vikander, Vincent Cassel

Cines: Rivoli, Porto Pi, Ocimax, Cinesa Festival Park, Multicines Manacor

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