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Entrevista

Salvador Sebastià: "No es bueno que un director musical esté de forma vitalicia en el cargo"

El director de la Banda de Música de Palma deja la agrupación: "Tenemos una buena Banda por su calidad artística y por el nivel humano del grupo"

"La Banda debe salir a la calle, pero también es una orquesta de vientos que puede ofrecer conciertos de calidad", afirma Sebastià. manu mielniezuk

-¿Cómo ha vivido esos tres años al frente de la Banda Municipal?

- Con mucha satisfacción. Yo no vine a cambiar nada, simplemente presenté unos proyectos para substituir al director titular durante su excedencia y me encontré con un grupo de músicos muy flexible y dispuesto a interpretar otro repertorio.

-¿En qué momento se encuentra la Banda de Música de Palma?

-Tenemos una buena agrupación, pero no solamente por la calidad artística de sus componentes sino también por el nivel humano del grupo, que da mucho más de lo que son sus contraprestaciones laborales. Su motivación es uno de sus valores añadidos. Su implicación a la hora de que una producción salga lo mejor posible es máxima. Además los componentes de la banda son muy receptivos a los proyectos novedosos.

- Su concepto de Banda de Música está más próximo al de orquesta o banda de concierto que al de banda de procesiones, por simplificar los conceptos.

-Exactamente. La Banda tiene que salir a la calle, está entre sus obligaciones pero es también una orquesta de vientos que puede y debe ofrecer conciertos con la máxima calidad, con una temporada estable, con estrenos y directores y solistas invitados?.

- Durante su etapa hemos podido escuchar transcripciones de obras escritas inicialmente para orquesta sinfónica así como otras obras de encargo específico para formación de viento.

-Así es. Hemos interpretado adaptaciones que ya existían de obras del repertorio sinfónico, pero también hemos adaptado otras que no tenían su versión. De hecho existe mucha literatura musical adaptada para un grupo de viento. Pero por otra parte hemos dado a conocer obras actuales, de compositores que ya tienen un nombre, algunos mallorquines, pensadas ya para banda.

-La mayoría de conciertos de temporada se han realizado en el Auditorio del Conservatorio. ¿Es ese el lugar natural para los conciertos de la Banda?

-No, rotundamente no. Por un tema de sonoridad, demasiado potente, ya que está forrado de madera plastificada que escupe el sonido, incluso el material y la forma de las butacas juega a la contra.

-¿Y el público? ¿Cómo definiría al público habitual que asiste a sus conciertos?

-Al principio pensé que, con la introducción de un repertorio algo diferente, también contemporáneo, perderíamos parte del público habitual. Quizás fue así durante los primeros meses de la primera temporada, pero luego fuimos recuperando aficionados, algunos nuevos, jóvenes, que han aplaudido esas nuevas tendencias. Incluso en algunos conciertos hemos tenido problemas de aforo.

-El hecho de colaborar con otras instituciones mallorquinas también ha dado a conocer a la Banda.

- Sí, todas las colaboraciones con solistas, compositores y grupos locales han resultado muy fructíferas e integradoras. Con miedo a dejarme alguno es de justicia citar al Coro de la UIB, a la Associació d'Amics de les Bandes Sonores, la Escola de Disseny, diferentes grupos de danza, Maria Antònia Oliver, Tomeu Moll-Mas, Enrique Bernaldo de Quirós, Toni Mayrata, Bernat Quetglas, Biel Oliver, Ramon Andreu y muchos otros. Todos ellos han aportado algo positivo a la formación.

-¿Cómo llegó usted a Palma?

- Llegué por casualidad. Cuando el director titular Juan Rodríguez pidió una excedencia, yo, que venía del mundo de la composición y de la dirección orquestal, me presenté a las pruebas. Tenía plaza en mi comunidad autónoma pero quise probar. Mi sorpresa fue que en el repertorio para decidir el director interino había una obra mía, que luego se retiró, naturalmente por incompatibilidad. Quedé en primer lugar y acepté el reto. Pedí también excedencia en Valencia y vine a Palma.

-¿Qué ha motivado su marcha?

-Pues la legislación. Aunque pienso que no es bueno que un director musical esté de forma vitalicia en el cargo, que es buena la renovación, mi marcha está un poco forzada por las circunstancias, ya que o me presentaba este año al concurso como titular de profesor de Conservatorio en Valencia o peligraba mi situación laboral, o como mínimo mi destino en la red de conservatorios. Así que han sido las condiciones las que me han hecho decidir. Hubiera quedado unos años más hasta completar un ciclo de un máximo de siete. De todas maneras desde siempre he sido consciente que mi cargo en Palma era provisional.

-¿Recuerda cuál fue la primera obra que dirigió en Mallorca?

-Sí, un fragmento de la zarzuela El niño judío de Pablo Luna, pieza obligada en las pruebas de selección, que curiosamente tiene un personaje que se llama Manacor y que nada tiene que ver con el pueblo mallorquín, naturalmente.

-¿Y la última que dirigirá?

-Belkis, regina di Saba de Ottorino Respighi. Una obra bellísima, poco conocida, incluso en Italia ya que en su país natal al compositor algunos lo relacionan con el fascismo.

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