Cuando el Museo del Prado encargó a Francesc Capdevila un acercamiento narrativo visual en torno a la obra del Bosco, el dibujante, más conocido como Max, sintió un "vértigo" que, seis meses después, ha dado como fruto El tríptico de los encantados (una pantomima bosquiana).

El libro forma parte del programa de actividades que se ha organizado en torno a la exposición El Bosco. La exposición del V centenario, en el que se propone una mirada contemporánea a la obra del maestro holandés.

Así, además de este cómic, el artista Álvaro Perdices propondrá, a través de una gran instalación visual una inmersión en el Jardín de las Delicias, que permitirá experimentar lo que sería estar dentro del jardín. También centrado en esta pintura del Bosco se ha realizado el documental El Bosco, el jardín de los sueños, dirigido por José Luis López Linares.

El tríptico de los encantados es el primer cómic editado por el Museo del Prado y en él Max, Premio Nacional de Cómic 2007, tras sobreponerse "del tembleque y de la alegría que me dio este encargo" da una visión muy especial de la Extracción de la piedra de la locura, Las tentaciones de San Antonio Abad y El jardín de las delicias.

La pequeña piedra que se le extrae a uno de los personajes de la pintura, y que resulta no ser de la locura sino de la imaginación, sirve de enlace entre las tres pinturas, sobre las que el artista da una visión muy especial. "Para mí El Bosco es un pintor fetiche que me ha influido mucho, y quizá por eso me han hecho este encargo. Creo que esa influencia durmiente que se te queda en la cabeza ha asomado en mi trabajo", considera Max.

Nada más recibir el encargo, el artista se puso a investigar "lo poco que se sabe de su vida, de su obra y las mil teorías que se han dado de este pintor tan enigmático".

Después de dos meses de investigación y estudio y de la elección de las obras sobre las que iba a desarrollarse su relato, comenzó el trabajo "con los primeros bocetos y con ideas inconexas que poco a poco fueron cuajando en el primer esquema de como iba a ser el libro". Este meticuloso proceso de creación y mapa visual se puede contemplar en el Gabinete de Dibujos del Museo del Prado.

"Buscaba enseñar el mundo del Bosco más a un nivel de contenidos que plástico. Yo no soy pintor y renuncié a pintar a su modo. Lo que he hecho ha sido poner el acento en algunos de los personajes de sus pinturas y hacerles hablar, ponerles en marcha", señaló Max (Barcelona, 1956) durante la presentación del libro. En Las tentaciones de San Antonio Abad el artista se ha fijado "en el diablillo que va intentando dar martillazos", que no consigue tentar a San Antonio y sobre el que cae la piedra extraída. A través de ella, que resulta ser "el reverso de un ojo que está mirando en otro lugar", el santo observa la cabalgata silenciosa de los encantados personajes de El jardín de las delicias.

Max confiesa que en la elección de estos últimos personajes ha tenido en cuenta "los que más me han llamado la atención, los que más me interesaban y me apetecía dibujar". El enigma que El Bosco propone en sus cuadros "aparentemente obedece a asuntos religiosos, pero en realidad plantea algo muy distinto que deja abierto al espectador. Por ello, sus obras llevan interpretándose quinientos años sin que los estudiosos se pongan de acuerdo. Creo que sus cuadros son invencibles".

A un precio de 15 euros, la primera edición del cómic en español y en inglés ha tenido una tirada de 6.000 ejemplares. Como complemento del libro, el autor ha seleccionado una ambientación sonora para su lectura, que ha sido la que le ha acompañado durante la elaboración de la obra.

Del 14 al 28 de mayo, Max expondrá los originales del cómic en la galería Can Gili-Ricardo Gago, en Sineu, su municipio de residencia.