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Crítica de cine

Aprendiendo a ser venerable

Retirado Hayao Miyazaki no significa que deje tras de sí un vacío absoluto. Mamoru Hosoda es uno de los pocos que rellenan con suficiente mérito el hueco. A nivel visual tiene un estilo intermedio entre el manga más clásico y el estilo propio, muy reconocible, de Ghibli, la productora de Miyazaki.

La historia de El niño y la bestia combina la clásica de La bella y la bestia con el de la madurez acelerada y forzosa de un chico. Imbricadas hay una trama fantástica de mundos paralelos (el de los humanos corrientes y otro camuflado - a lo Harry Potter- en el que viven unos animales humanoides), una de rivalidad por el liderazgo con artes marciales por medio y un romance con cicatrices de acoso escolar. Aunque parezca una acumulación excesiva combinan bien, sobre todo porque los personajes están bien matizados. Hay muchos juegos de parejas, el bruto fanfarrón y su engreído rival aspirando a ser los venerables líderes de su comunidad, el maestro y el aprendiz, bocazas los dos, y a la vez los más sinceros de todos; el monje y el mono de su equipo, los hijos del rival, uno blando y noble, el otro esquivo y avieso; la cándida pareja de jóvenes... Como va dirigida principalmente a los niños, se remarcan los mensajes de bondad y solidaridad. Para los adultos, una referencia muy original a Moby Dick, con el villano final trocándose en un leviatán espacial. La película no llega a emocionar del todo pero tiene bastante complejidad y frescura, y trata bien el tema del difícil paso a la madurez de los chicos.

El niño y la bestia

****

Nacionalidad: Japón, 116 min.

Director: Mamoru Hosoda

Actores: (Animación)

Cines: Ocimax

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