La visión que tenía Ramon Llull de las mujeres "es bastante diferente" al punto de vista habitual que se tenía sobre ellas en la Edad Media. La afirmación la sostiene la doctora en Filologia Catalana Maribel Ripoll, también comisaria de l'Any Llull, quien hoy hablará en la librería Llibres Ramon Llull, a partir de las 20 horas, sobre cómo es tratada la figura femenina en la obra del filósofo. "Partiendo de la literatura de Llull, cabe decir que aparecen una serie de mujeres que son inteligentes y capaces de entender el Arte de Ramon Llull, que implica discernir, argumentar y razonar", señala Ripoll. Así, el mallorquín equipara a la mujer con el hombre desde el momento en que ésta puede acceder al conocimiento. "Está claro que para Llull, el intelecto no tenía distinción de género o de sexo", agrega.
Para la exposición de esta tarde, Ripoll citará ejemplos concretos extraídos de la literatura de Llull. Es el caso de Natana del Llibre d'Evast e Blanquerna. "Ella preludia en pequeña escala en su monasterio la acción de reforma de la sociedad que lleva a cabo Blanquerna", señala Ripoll.
Asimismo, Llull desarrolló la teoría de la votación -es decir, cómo se ha de elegir a alguien- en dos tratados específicos y también en Blanquerna. "En este último libro quien lo explica vuelve a ser una mujer, Natana", detalla la investigadora.
Para el filósofo mallorquín, "todo el mundo entraba en los planes de reforma y de ordenación del mundo, y ellas tienen el mismo papel que el hombre", sostiene Ripoll.
Dado que el mensaje de Llull de conocer y amar a Dios es una cuestión universal, "él no podía permitirse el lujo de sólo cerrarse a los hombres; la mujer no podía quedar excluida de la reforma del mundo", prosigue.
Es cierto que en la obra del mallorquín hay tópicos sobre la mujer que se repiten. Por ejemplo, el del maquillaje y la belleza femenina o la debilidad de la mujer respecto a la fortaleza del hombre. "Lo interesante es que Llull no adoptó todos los mensajes de los autores escolásticos sino sólo los que le interesaban. Así, él se salió de la tónica habitual defendiendo que la mujer podía alcanzar el conocimiento. Para mí eso ya es revolucionario en su contexto", concluye Ripoll.
