No se trata de ganar sino de sorprender, de acertar con una buena estrategia, una distracción para poder escapar a tiempo y buscar ayuda. Todo está en la mente, en el autodominio, en el conocimiento del cuerpo, "en no bajar la guardia. Eso es lo principal. Desgraciadamente, no podemos ir siempre por la calle con las defensas dormidas, hay que estar bien despiertas para evitar ser agredidas". Éstas fueron las palabras de bienvenida que ayer Nina Parrón ofreció a sus alumnas nada más llegar a su taller de autodefensa, actividad incluida dentro del programa Dones en Acció que el Consell ha organizado con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género. Gracias a estas tres horas de clase cerca de cuarenta mujeres se sienten ya mucho más seguras.

Tras las presentaciones y vencida la timidez, un poco de nociones básicas. "Es mejor pasarse que no llegar. Si creemos estar en peligro hay que hacerlo notar, nada de caminar de manera más apresurada intentando desaparecer". Para eso es fundamental conocer nuestra distancia de seguridad. "Equivale a estirar nuestro brazo hacia delante; toda aquella persona que sobrepase ese límite es sospechosa". Las mujeres, entre ellas la consellera de Joventut i Igualtat, Josefina Ramis, lo comprueban con su pareja. Es imposible de esa manera recibir una patada o un puñetazo.

"¿Y si sobrepasa ese límite?", pregunta tímida una de ellas. "Mantener la calma, ser muy frías y analizar la situación", contesta Parrón. Por eso es fundamental saber girarse, quedar en una posición de equilibrio respecto al agresor y gritar, "abriendo el pecho, volviéndose muy agresiva. Normalmente huyen al ver esa reacción".

La clase, basada en las técnicas del wen-do creadas por un grupo de canadienses con el objetivo de que todas las mujeres de cualquier edad pudieran ejecutarlas, sirvió también para conocer cómo agarrar a la persona que pretende hacer daño, como zafarse si sorprende por detrás o como, con una patada certera en las partes más íntimas puede dar el tiempo necesario para salir corriendo. "Ellos esperan eso, que les peguemos ahí abajo, por eso hay que trabajar otras tácticas y la cadera es nuestra mejor aliada".

El bolso y el móvil son también buenas armas para un caso de emergencia. Y también se puede evitar una agresión con un cuchillo. Nunca hay que perder de vista la mirada del sujeto para, por sorpresa, girar su muñeca. El éxito, asegurado.