El estudio, realizado en España, Francia, Alemania, Polonia, Suiza y Bélgica, es el primero que analiza la movilidad geográfica por motivos laborales y sus consecuencias sobre la vida personal de los desplazados.

En el caso de España, revela que la movilidad laboral se encuentra en una situación "intermedia", siendo una práctica menos extendida que en Alemania, pero más habitual que en Suiza o Bélgica, dijo a Efe el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid Gerardo Meil, responsable de la encuesta en este país.

En todos los países donde se realizó la consulta, el número de hombres que se desplazan de su lugar de origen de forma ocasional, habitual o permanente por motivos laborales es superior al de mujeres.

En España, la desigualdad por sexos en este aspecto es menor que en otros países, ya que el 37% de los que se desplazan son mujeres, un porcentaje mayor que en Francia (35%), Alemania (33%), Suiza (27%) y Bélgica (28%).

El estudio tiene en cuenta los resultados de una encuesta a 7.220 personas de entre 25 y 54 años.

Sobre España, explica que aunque la movilidad laboral ha sido tradicionalmente considerada como algo "indeseable" y que incluso en ocasiones ha sido utilizada por las empresas para "penalizar" a los trabajadores.

En cuanto a las consecuencias de la movilidad sobre la vida familiar, el estudio revela que cuando quien se desplaza a trabajar a otro lugar es la mujer, ésta suele retrasar el momento de ser madre, algo que sin embargo no ocurre en el caso de los hombres.

También pone de manifiesto que la movilidad no es sinónimo en España de mejores puestos laborales, ya que sólo existen diferencias mínimas entre los trabajadores móviles y no móviles.

El principal obstáculo alegado por los trabajadores reacios a desplazarse, tanto en España como en el resto de Europa, es la pérdida de los vínculos sociales y familiares, según el estudio.

En los seis países de la encuesta, el 16% de la población ocupada ha cambiado en algún momento de ciudad, región o país por motivos de trabajo.

En conjunto hay pocas diferencias entre los países estudiados: Alemania, con un 18%, es el país con mayor grado de movilidad laboral, mientras que Suiza, con un 13%, se sitúa en el otro extremo.

En España alcanza al 14% de los ocupados.