El homenaje de la fiscalía suiza a Juan Carlos I, en agradecimiento por haber ingresado en Ginebra cien millones de dólares en negro pertenecientes a los españoles, no solo exculpa a Corinna von Frankenstein por el esfuerzo de soportar durante años a un anciano que cada mañana al despertarse le recordaba que él acabó con el 23 F en cuanto el golpe hubo fracasado.