­Es el padre de la teoría ´ninja´ de la crisis, pero también de doce hijos que le han dado más de cuarenta nietos. Leopoldo Abadía (Zaragoza, 1933) ha escrito ´36 cosas que hay que hacer para que una familia funcione bien´ y cree precisamente que entender cómo funciona una familia es esencial para saber lo que le pasa a España. Este ingeniero industrial y exprofesor del Instituto de Estudios Superiores de Empresa (IESE) colabora habitualmente en programas televisivos mostrando su chocante visión de la economía actual española y mundial. Se ha convertido en todo un fenómeno mediático gracias a su teoría de la crisis ´ninja´, una explicación no exenta de humor y asequible para el gran público sobre las causas del terremoto financiero. Publicó hace algún tiempo un artículo en su web que recibió miles de visitas en pocos días, lo que le llevó a publicar un libro titulado ´La crisis Ninja y otros misterios de la economía actual´. Ahora es un habitual de la televisión por su ácida perspectiva de la situación mundial.

—Tal como están las cosas, ¿la familia es una buena inversión?

—Yo siempre digo que los hijos no son una inversión, son un gasto. Pero es una inversión buenísima en el sentido de que si lo haces bien, como todo, los rendimientos son buenos.

—Pero usted habla de su familia, que no se puede decir que sea la familia media. Ahora, las hay monoparentales, homosexuales que tienen o adoptan hijos, divorciados casados por segunda vez...

—Sí, pero yo a todas estas personas les digo que lean el libro, que mal no les irá. No digo que haya que tener 12 hijos, 40 y tantos nietos... esto no son recetas, lo que a Leopoldo le va bien a ti te puede ir mal.

—¿España es una familia mal avenida y por eso le va como le va?

—Para entender lo que pasa en España, entender lo que es una familia es muy bueno. Eso empecé a decirlo hace dos años. Y no sé qué economista dijo que no era correcto. Hace poco leí a otro muy bueno que decía: "El Estado no es más que una familia grande". Si ingreso 100 y gasto 500, algo va mal y tengo que intentar subir los 100 y bajar los 500. Yo para subir los 100 intento que me suban el sueldo; ¿y el Estado?, sube los impuestos, no queda otra. España es una familia que en un espacio pequeño ha construido una casa de 17 pisos. Más el Estado central, 18. Y cada uno quiere que le paguen todo. En una superficie 100.000 kilómetros cuadrados más que California, hay 17 nacioncitas. Todas gastando mucho, mucho. ¿Y qué tal va eso? Mal, claro.

—¿Está en contra del modelo autonómico?

—Sí. Bueno, espere, sí. Verá, me gusta porque si tengo un problema en mi pueblo, me lo arregla mejor el alcalde que el ministro del Interior. Pero si el alcalde, para arreglarme el problema, construye un aeropuerto, asfalta las carreteras de alrededor y contrata mil asesores, me quedo con el ministro del Interior. Yo creo que lo primero que tiene que hacer el nuevo presidente, el que sea, es encararse con el público y decir "voy a meterme con el Estado de las autonomías, a ver si hacen falta 17 o no, o a lo mejor 32". Y luego cómo funcionan. Yo tengo doce hijos. Imagine. La mayor pide por derechos históricos. El segundo, que tiene diez hijos, por población. El tercero se ha ido a Mallorca, por desplazamiento. El cuarto, otra cosa, y al quinto se acabó el dinero.

—¿En el cara a cara, Rubalcaba o Rajoy?

—Del debate no le puedo decir nada, porque mi mujer y yo hemos decidido saltarnos la campaña electoral totalmente. No me interesa nada lo que digan porque es falso.

—En la vida, dice, todo se reduce al amor. Pero del amor no se come.

—Sí se come. Si no hay amor allí no hay quien coma.