El Gobierno de Afganistán ha decidido poner coto al estratosférico gasto en bodas de las familias afganas, que obliga a muchas a endeudarse en un país azotado por la guerra y donde parte de la población vive en la absoluta pobreza.

La tradición afgana de pagar una dote o ´walwar´ a la familia de la novia supone, en la mayoría de los casos, que el novio y sus parientes ahorren durante años para poder celebrar los esponsales, con todo lo que conllevan: vestido de novia, banquete y agasajos.

De acuerdo con el nuevo proyecto de ley que pretende frenar tanto derroche de dinero, y que ha sido presentado por el ministerio de Justicia afgano, el número de invitados no deberá exceder los 300 y el gasto por persona no superará los 300 afganis (unos 7 dólares). Una normativa que contrasta con la actual situación, en la que el dispendio en las ceremonias nupciales puede oscilar desde los 5.000 y 6.000 dólares, para los novios con menos recursos, hasta los 10.000 y 20.000 dólares entre las familias con más posibilidades.

El numero de invitados a veces también es desorbitado y alcanza el millar cuando, según un informe del Fondo Mundial de Alimentos de la ONU sobre Afganistán, unos 7,4 millones de afganos -casi un tercio de la población- padecen escasez alimentaria. "Resulta sencillo para un hombre pudiente gastar miles de dólares en la boda de su hijo, pero para un afgano humilde es imposible hacer frente a los gastos", explicó el director de la oficina de derecho civil del ministerio de Justicia, Mohamed M. Ghanizada.

Un caso emblemático es el de Tawab Ahmad, estudiante de 24 años, que sale provisionalmente adelante como comerciante y que se prometió hace tres años con una joven de su pueblo natal. Según explicó Ahmad, la familia de su prometida le impuso una dote muy alta, por lo que todavía no ha podido casarse al no haber conseguido el dinero suficiente.

"Necesito ahorrar entre 10.000 y 15.000 dólares para una boda de alto copete en Kabul", concretó Ahmad, que añadió que parte del dinero que lleva recaudado lo ha conseguido tras pedírselo a familiares y amigos.

Hay, sin embargo, quien ve el asunto desde un ángulo diferente. "Si tú no pides una dote alta eso significará que hay algo malo con tu hija y la familia política no la respetará como es debido", apuntó Haji Mustafá Ahmadzai, líder tribal de la provincia de Wardak, en el centro del país, y padre de tres hijas casaderas.