La velocidad y las colisiones están íntimamente relacionadas. No sólo en la carretera, sino en el universo entero. Quien niegue esa dependencia científica, debe emprenderla a continuación contra la ley de la gravedad, dando un paso al frente junto a un precipicio. ¿No hay voluntarios? En cambio, sobran quienes se consideran capacitados para conducir a 120 kilómetros por hora. El PP convirtió esa cifra en un manifiesto ideológico y supuestamente liberal, el PSOE cedió y el pasado fin de semana se saldó con 28 muertos en accidentes. Un dato aislado no crea una norma, pero la elevación de los 110 supondrá, en igualdad de otras condiciones, un diez por ciento más de víctimas. Equivalen a dos tragedias aéreas al año, con la diferencia de que la matanza en el asfalto está socialmente aceptada, amén de industrializada por el poderosísimo negocio de los seguros.

Camine 33 pasos amplios. Vuelva al punto de partida y deje pasar el breve lapso de un segundo. Es el tiempo en que cubre esa distancia a 120 kilómetros por hora. A continuación, presuma de que puede manejar ese recorrido con profesionalidad en un instante, con decenas de otros automóviles compitiendo por el mismo espacio. El conductor medio se cree dotado para esta hazaña, por lo que la presión popular ha impuesto su límite. Buena parte de las víctimas también pensaban que dominaban esta velocidad, y otras superiores.

A 40 kilómetros por hora no habría prácticamente fallecimientos en carretera, aunque Tolstoi detalla los accidentes que provocaban las troicas ecuestres, lanzadas por las calles de Moscú a la espeluznante velocidad de veinte kilómetros por hora. La espectacular reducción de muertos sobre el asfalto es uno de los éxitos de Zapatero que el Gobierno no ha sabido explotar, y que los ciudadanos no han sabido apreciar. En el equivalente aéreo, se ha pasado de una carnicería semanal a una mensual, que seguiría siendo inaceptable en los cielos pero se tolera en la tierra. Ningún político dimite por conducir en circunstancias homicidas de alcohol o velocidad.