Hace unos días, en una cena con unos amigos de distintas edades -y quiero resaltar este dato porque a pesar de las diferencias generacionales lo importante es lo que nos une y lo que nos hace únicos- salió en la conversación cómo un familiar había cambiado el coloquialmente “es una leyenda urbana” por “es un mito de ciudad”. Y me dio que pensar. ¿Cuánto conocemos realmente a quienes nos rodean? ¿Cuánto conocemos nuestro entorno, la zona donde vivimos? Nos dejamos muchas veces llevar por los tópicos y hacemos verdad absoluta hechos, rumores o comentarios de los que ignoramos su procedencia. Me sorprendo a mí misma muchas veces en estas páginas de crónica social - ¿puede haber algo más banal y frívolo que hablar del vestido que lleva tal chica (siempre es una mujer a la que nos referimos cuando hablamos de moda, y si no vean la pasarela de los Goya y las entrevistas a las féminas); etiquetar con adjetivos insulsos un brindis X o hacerse eco del nacimiento de una nueva pareja? -haciendo lo que en tantas ocasiones critico-. Por eso, hoy quiero hacer un ejercicio de positividad y verdad, al menos, la verdad que he podido certificar de primera mano que no tiene por qué ser la misma verdad que la de ustedes, lectores.
Es una leyenda urbana, perdón, es un mito de ciudad, afirmar con rotundidad que Palma es una ciudad sin alma, sin vida nocturna, sin propuestas culturales. Vale, todo es mejorable, pero la verdad constatada es que en un mismo día, este pasado jueves, sin ir más lejos, en un radio de 500 metros se producían tres citas para públicos completamente distintos. El cóctel inaugural del hotel Glòria de Sant Jaume; la Gala de l’Esport y una exposición en Bulthaup Nicoalu llena de gastronomía, pintura y escultura. Aquí les traigo la primera; las próximas, el domingo que viene.
Es una leyenda urbana, perdón, un mito de ciudad, que Palma no tenga posibilidades de crecer más… puede hacerlo pero de manera sostenible. No sabemos si tienen pensado limitar el acceso a los vehículos de rent-a-car para evitar esa sensación de masificación como se quiere hacer con Formentera, pero sí que hay gente pensando y que cree en poder exportar el modelo Liverpool a la capital de Mallorca. Eso es lo que quiere demostrar Think Up Culture Palma, un foro de debate y conocimiento sobre la financiación de las industrias culturales y creativas y que tendrá lugar los días 21 y 22 de febrero en el Casal Balaguer. Dos días en los que los participantes podrán conocer experiencias de ciudades que han atravesado un proceso de cambio. Entre las actividades, un paseo por las estaciones del futuro distrito cultural y creativo del barrio de la Soledat y el Polígono de Nou Llevant. Seguiremos informando.
UN LUJO DE RESTAURACIÓN
En 2015 salía a la venta por algo menos de cuatro millones de euros Can Palou de Comasema, una casa señorial en la calle de Sant Jaume, un inmueble histórico en pleno casco antiguo de Palma y con una estructura típica de la época medieval. No era fácil encontrar comprador ni proyecto. Hasta que la familia hotelera Cabau apostó fuerte para convertir este palacio en un hotel boutique lleno de detalles. Glòria de Sant Jaume conserva piezas originales -baldosas hidráulicas, puertas, cornisas, la antigua caballeriza convertida en spa- y las combina con acierto con los últimos avances en domótica. Pero, tal y como pudimos comprobar en la visita guiada por sus instalaciones y cóctel posterior, es un establecimiento hecho con cariño, con mimo.
Alrededor de un centenar de personas acudieron a la llamada de Jordi Cabau, su mujer Heidi Wolf, y sus hijas Vanessa y Lara, que descubrieron para sus invitados los rincones más bonitos de lo que fue una de las casas señoriales más emblemáticas de Ciutat. De la mano de su directora, Maugo Dymicka, conocimos dos de las 14 habitaciones que tiene el establecimiento y la impresionante terraza, desde la que se aprecia el skyline de Palma con sus tejados, su arquitectura, su fisionomía…
Compartimos algunos detalles con Trini Ruiz, Javier Domínguez y Víctor Valentí, de Orac Decor y responsables de parte de la restauración. Vimos a Deli Requena, de recepción, conversar con invitados como Gerard Rodríguez y Rocío Peña y a Jonatan Hernández y James O’Connor, maridos de Lara y Vanessa Cabau, respectivamente, saludar a invitados como Jesús Portilla, Conchita Rodríguez, Margarita Garay o Juan Manuel Sogorb.
Joana María Prats, Miguel y Gabriel Matheu, Paloma de la Torre, Cristina Sánchez, Jaime Font, Eshter y Miguel Staller o Maria José Posada también se contaban entre los presentes.
Pero sin duda, a mí me hizo mucha ilusión reencontrarme con dos viejos amigos -que no por la edad-, Sebastià Pons y David Oliver. Gracias a ellos os puedo contar cómo de nuevo el nombre de Mallorca y de las Baleares saldrá a relucir en la prensa internacional dentro de unas semanas. Y es que está a punto de estrenarse el documental McQueen, sobre la figura del tristemente desaparecido diseñador británico y gran amigo de Pons. En el guion, la isla, su relación con Sebastià Pons y aspectos de la vida personal y profesional de Alexander McQueen que seguro sorprenderán incluso a quienes decían conocerlo.
Y hablando de moda. Mi compañera periodista Soraya Moussaoui, en una entrevista en exclusiva con el diseñador Miguel Adrover, anuncia que éste presentará nueva colección en mayo en Santanyí. Es un notición, y un regreso, muy esperado..
de premiados y homenajes
Ha sido una semana de mucha gala empresarial, reconocimientos y oportunidades. ¿Saben aquel velódromo, emblema del Govern de Matas, que se convertiría en un atractivo para el mundo del deporte? Pues sigue en pie convertido en salón de eventos. El espacio es grande, así que da para, por ejemplo, celebrar una nueva edición de la feria Horeca Baleares, la feria de la hostelería, restauración y catering de Palma que está dirigida sólo a profesionales pero por la que merece, sin duda, darse una vuelta si se quiere conocer cómo está el sector y las últimas novedades.
Nos encontramos, por ejemplo, con el chef Koldo Royo, inmerso como siempre en multitud de proyectos, y con Mateo Castañeda que, tras ser jefe de cocina en Tierra de Gracia, ahora trabaja junto a Marcel Ress, de Sa Fàbrica. Coincidimos de nuevo con Bel y Joan Moyá, de Licores Moyá, y con alumnos de la Escuela de Hostelería de Calvià.
La Federación de la Pequeña y Mediana Empresa (Pimem) que preside Jordi Mora, escogió el Palacio de Congresos para su gala anual, en la que premió, entre otros, a empresas como Agromart, Teixits Vicens o la Fàbrica Ramis -de la que ya les hemos hablado en estas páginas anteriormente-. Presentada por Miguel Vera y Victòria Maldi quien, por cierto, junto a Raül Valls están organizando los premios periodísticos Somriu, la gala contó con la presencia, entre otros y autoridades a parte, con Ricardo Acevedo, Alex Pacheco, María José Martín y Juan Quintanta, del restaurante Tast; con Rosa María Cañameras, del Centre Balear Europa y Pere Fuster, gerente de la Fundación Bit, y con Lydia Pérez, de Alcudiamar, por citar unos cuantos nombres
Y a la misma hora, porque ya les hemos dicho que no es un mito de ciudad que en Palma se mueven cosas, incluso un martes noche, la AECC Balears celebraba su primera gala en el Teatre Principal. Con su presidente, Javier Cortés a la cabeza, la delegación en las islas entregó sus dos Medallas de Honor al grupo Melià Hoteles, por su colaboración con la entidad -el galardón lo recogió Gabriel Escarrer Jaume- y a Joana Nicolau, por su labor realizada durante más de 25 años como delegada de la AECC en el municipio de Campos.
El coro del Principal puso el broche de oro a una gala en la que también estuvieron Carmen Ferrer, Francisca Verger, Regina de la Fuente, Mariceli Valls, Lourdes Espases o Miquela Nicolau. Y el domingo que viene, hablaremos del carnaval.
