Testimonio de la familia intoxicada por gas butano: «Nos dolía la cabeza y era por el gas»

Los afectados no acertaban a saber qué les pasaba y su preocupación se acentuó al no hacerles efecto el paracetamol

Interior de la vivienda de Son Sardina donde se produjo la intoxicación de una familia por una fuga de gas.

Interior de la vivienda de Son Sardina donde se produjo la intoxicación de una familia por una fuga de gas. / L.MARINA

Lorenzo Marina

Lorenzo Marina

Desmayos, un notorio cansancio y un dolor de cabeza insoportable. Estos fueron los síntomas que presentaba la noche del martes una familia residente en Son Sardina. La culpa de estos trastornos fue una fuga del gas butano conectado al calentador. La rápida actuación de los servicios de emergencia logró rescatarles y recuperarles tras ingresarles en Son Espases. Una vez repuestos, hacían ayer balance de lo sucedido en su domicilio.

«Nos dolía mucho la cabeza y no sabíamos por qué era. Era por el gas. Me dolían mucho los oídos por la presión. Tomé un paracetamol y no me hizo nada», apuntó ayer Jaume, que el martes estaba celebrando su cumpleaños.

Los síntomas de la intoxicación se hicieron mucho más patentes en su hermana Joana. La fuga de gas anuló sus fuerzas. «Se tumbó en el sofá y se desmayó. Pensamos que era por cansancio porque había tenido exámenes», apuntó.

El hijo estaba celebrando su cumpleaños en la vivienda con su novia, su hermana y la pareja de esta. De repente, el ambiente quedó enrarecido de manera imperceptible. Todos los presentes comenzaron a sentirse mal sin acertar a saber cuál era la razón.

Una bombona de butano conectada al calentador era la causa invisible. Una fuga de gas iba intoxicando a todos ellos de manera imperceptible. Cuando los padres llegaron a casa con su hija menor, empezaron a sentir también los efectos. Hasta tres miembros de la unidad familiar sufrieron desmayos, náuseas y vómitos.

Bombonas de butano, en el exterior de la casa. | L.M.

Bombonas de butano, en el exterior de la casa. | L.M. / lorenzo marina. palma

«No tenemos casi nada de gas. En la estufa, teníamos una bombona de butano y estaba vacía. Habíamos conectado el gas butano al calentador, pero era provisional. Tenemos instalados paneles solares en la casa y ya casi no nos hacía falta», explicó el padre. Sin embargo una pesadez insoportable también se adueñó de él y de sus familiares.

«En un principio pensábamos que se trataba de gripe. Pero cuando los paracetamoles no nos hacían absolutamente nada, entonces empezamos a sospechar que había algo más», indicó Jaume. Ante estos temores, decidieron avisar a los servicios de emergencia. Allí ya les dijeron que podría tratarse de una fuga de gas o de una mala combustión de algún aparato.

Ventilación de toda la casa

La rápida respuesta de los servicios de emergencia también resultó providencial para minimizar los daños. Los agentes de la Unitat d’Intervenció Immediata (UII) de la Policía Local de Palma irrumpieron en la vivienda equipados con mascarillas y oxígeno. Sacaron al exterior a la hija mediana, de 18 años. Los bomberos abrieron todas las puertas y ventanas de par en par para que se ventilaran todas las estancias.

La madre, de profesión enfermera, también resultó intoxicada. Al llegar al hospital se percató del nivel de saturación de oxígeno tan bajo al que se habían expuesto, fruto de la intoxicación por monóxido de carbono. «Entre 40%, y 30%», precisó.

Cuatro horas después de recibir oxígeno en mascarillas fueron dados de alta. «Fue un buen susto», apuntó el padre. A partir de este instante la decisión ya está tomada. «Tenemos placas solares y solo nos calentaremos con ellas», sentenció.

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