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ASESINATO

Las dudas ante las lesiones autoinfligidas en el crimen del fugitivo de Zaragoza

Este jueves pasará el autor del asesinato ante el juez de guardia

Restos de sábanas en el escenario del crimen tras el levantamiento del cadáver. / ANDREEA VORNICU

El asesinato de Cristina, de 32 años, no está siendo fácil de resolver, pese a que el autor es conocido y fue detenido, el pasado lunes, junto al cadáver en el rellano del primer piso del número 8 de la calle Alegría, en el zaragozano barrio de San José. Tanto la víctima como Adil Lazizi, de 45 años, presentan lesiones de defensa que indican que hubo un forcejeo entre ambos con el cuchillo de cocina que fue empleado como arma homicida. Los cortes están en las manos y los brazos de ambos. 

El principal problema al que se enfrentan los especialistas del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa) es la cuchillada que presenta el asesino en su paquete abdominal y que incluso conllevó que algunas vísceras salieran al exterior. Tratan de analizar si fue posible que la cuchillada se la autoinfligiera. 

Menos dudas tienen con respecto a la víctima con un corte en el cuello. La causa de la muerte fue un shock hipovolémico por la pérdida de sangre y que la acción es homicida. Las conclusiones de ese informe inicial serán enviadas este jueves, junto al atestado, al Juzgado de Guardia, si bien en los meses siguientes serán ampliadas. 

También pasará este jueves a disposición del Juzgado de Instrucción número 5 de Zaragoza, Adil Lazizi. Su estado de salud, al estar ingresado en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, determinará si se trasladada a la sede judicial o se realiza una comparecencia en el propio centro sanitario. Previsiblemente será enviado a prisión. Tanto porque estaba siendo buscado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tras no regresar a la cárcel en un permiso, como por la gravedad de los hechos y el evidente riesgo de fuga, a la vista de los antecedentes.

Si no hay sorpresas de última hora, asistido por sus abogados Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén, reiterará que él se defendió, que la víctima estaba «obsesionada con él» y que había consumido alcohol esa noche. En concreto, siete tubos de cerveza y media botella de un licor de cremas.

Los gritos de la víctima sobre las 21.55 horas alarmaron a un vecindario que llamó a la sala del 091 de la Policía Nacional. Cuando varias patrullas de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón llegaron al lugar, la víctima estaba muerta sobre el suelo del rellano y Adil Lazizi estaba herido, aunque llevaba consigo el cuchillo. Le reclamaron que lo tirara al suelo antes de arrestarle y él lo aceptó no sin antes gritar hacia el cielo: «El hombre es culpable siempre».

El otro asesinato que cometió

Adil Lazizi fue condenado a 21 años de prisión por asesinar a Siham, una francesa de 24 años que se encontraba haciendo turismo en compañía de una amiga. Fue porque ella se negó a mantener relaciones sexuales. En aquel, la víctima, que iba con una amiga, conoció a su asesino, que estaba acompañado por un amigo. Los cuatro decidieron irse a la vivienda de uno de ellos, un piso alquilado situado en la cuarta planta del número 35 de la calle Hierbabuena, en el distrito de Tetuán.

Allí las dos parejas se separaron, si bien la amiga de la víctima se alarmó sobre las 08.00 horas cuando oyó unos gritos de dolor de Siham. Al entrar en la habitación contempló su cuerpo ensangrentado en la cama. Presentaba ocho puñaladas. De Adil Lazizi no había ni rastro, si bien horas más tarde se entregó en dependencias policiales próximas de la calle Francos Rodríguez. Iba en ropa interior y se negó a declarar ante los agentes.

Posteriormente, la Policía Nacional determinó que el asesinato de la joven francesa se produjo ante la negativa a mantener relaciones sexuales. En la entrada del piso, encima de un aparador, los investigadores encontraron el arma homicida: un cuchillo de cocina de 20 centímetros de hoja doblado y con el mango de madera astillado, lo que da idea del violento ataque y que también guarda analogías con el crimen de la calle Alegría de Zaragoza ocurrido la noche del lunes.

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