La familia de un joven fallecido en un atropello hace un año en s'Estanyol (Llucmajor) imputa a la conductora que lo arrolló y se marchó sin atenderlo delitos de homicidio imprudente y omisión del deber de socorro. La víctima, de 20 años, fue atropellada de madrugada cuando caminaba por la carretera. La acusación particular sostiene que la mujer circulaba de forma temeraria, sin prestar la debida atención a la carretera, y que huyó de forma consciente. Además, destaca que tenía el carné caducado, carecía de seguro obligatorio, no había pasado la ITV y se marchó del lugar sin auxiliar al peatón. Cuando un día y medio después se entregó en la Guardia Civil, dio positivo en cannabis y cocaína. Un juzgado de Palma ha archivado el caso al no apreciar indicios de delito, pero el abogado de la acusación particular ha recurrido esta decisión ante la Audiencia Provincial para que la causa llegue a juicio.

El siniestro ocurrió el 19 de agosto de 2018 en el kilómetro 10,4 de la carretera MA-6015, cerca de s'Estanyol. La víctima, Alejandro Nicolás Vega-Hazas Martí, fue hallada moribunda a las tres y media de la madrugada y los efectivos sanitarios solo pudieron certificar su muerte. La Guardia Civil confirmó que había sido arrollado por un vehículo y puso en marcha una investigación para localizar al conductor.

El 20 de agosto a mediodía, cuando los agentes estaban estrechando el cerco, una joven de 33 años se presentó en la Comandancia de la Guardia Civil acompañada de un abogado. La mujer admitió ser la autora del atropello y fue detenida, pero alegó que se había tratado de un mero accidente. Según la versión ofrecida ante los investigadores, vio cómo el vehículo que iba delante de ella hizo una maniobra evasiva y poco después escuchó un impacto en su coche sin poder apreciar lo que era. Dijo que se paró y miró por la ventanilla, pero no vio nada y continuó su camino pensando que había atropellado a un animal. Los agentes la sometieron a una prueba de drogas, que reveló la presencia de cannabis y cocaína en la saliva, pero al haber transcurrido un día y medio desde el siniestro no podía concluirse que estuviera drogada cuando ocurrió el accidente. La mujer quedó en libertad.

El juzgado de instrucción de Palma encargado del caso ha dado por buena la versión de la sospechosa y, como solicitaban su defensa y la fiscalía, ha archivado el asunto. La magistrada concluye que no hay indicios de que cometiera imprudencia alguna. Pero el abogado de la familia de la víctima, Tomeu Vidal, que ejerce la acusación particular, ha recurrido esta decisión ante la Audiencia Provincial para que la conductora sea juzgada por delitos de homicidio imprudente y omisión del deber de socorro.

En su alegato, el letrado cuestiona la versión de la mujer y sostiene que circulaba de forma temeraria. Apunta que la maniobra del coche que iba delante de ella debió alertarla de la presencia de un obstáculo en la carretera, pese a lo que no tomó ninguna precaución. La acusación asegura que si hubiera prestado atención a la circulación habría visto sin duda al peatón que caminaba por la calzada. En este sentido, destaca que varios conductores que vieron al chico en la carretera antes del atropello declararon con detalle incluso la ropa que llevaba. También reprocha que se marchara del lugar sin comprobar a quién había atropellado. El abogado de la acusación apunta por otra parte que hay indicios de que la conductora utilizó el teléfono móvil al volante.

Además, pone de relieve que circulaba con el carné y la ITV caducada y sin el seguro obligatorio, hechos que la jueza considera meras infracciones administrativas que no influyeron en el siniestro. Con todo, el recurso solicita a la Audiencia que revoque el archivo del caso y se juzgue a la mujer.