Un joven aceptó ayer una pena de 55 días de trabajos en beneficio de la comunidad por agredir a su padre en Palma. El acusado admitió durante el juicio que propinó puñetazos y patadas a su progenitor, causándole diversas lesiones. Deberá indemnizar a la víctima con 580 euros por las heridas que sufrió y la rotura de sus gafas y no podrá acercarse ni comunicarse con ella durante los próximos dos años.

La fiscalía reclamaba inicialmente un año de prisión por un delito de lesiones en el ámbito familiar, pero ayer rebajó su petición al alcanzar un acuerdo con la defensa y apreciar la atenuante de reparación del daño, ya que el joven había consignado 500 euros para indemnizar al perjudicado.

Los hechos ocurrieron el pasado 3 de junio por la noche, cuando el procesado cerró la puerta de su casa con llave e impidió que su padre entrara. Cuando finalmente le abrió, le propinó un puñetazo en la cara y una patada en el pecho. El hombre cayó al suelo y su hijo continuó golpeándole. El acusado admitió los hechos y se conformó con la pena solicitada por la fiscalía.