Un hombre acusado de violar diez veces a una niña en Manacor cuando él tenía 31 años y ella 13 alegó ayer en el juicio que eran "novios" y que todas las relaciones sexuales fueron consentidas. "Nunca se opuso", aseguró el procesado, para quien la fiscalía pide 17 años de cárcel. La víctima quedó embarazada y tuvo un hijo del acusado que dio en adopción. La chica contó entre sollozos cómo el sospechoso, familiar lejano suyo con el que convivió dos años, la forzó a mantener relaciones sexuales de forma habitual, bajo amenazas de muerte y llegando a esgrimir un cuchillo. "No éramos novios", sentenció.

Las violaciones se habrían sucedido entre 2013 y 2015, cuando el hombre llegó a Mallorca y se instaló en el domicilio de la familia de la víctima, afincada en Manacor. Durante el juicio celebrado ayer en la Audiencia Provincial, admitió haber mantenido relaciones sexuales con la menor consentidas por ella. "Éramos novios y supongo que sus padres lo sabían", afirmó el acusado. Según dijo, tuvieron su primer encuentro sexual en la primavera de 2014, cuando ella tenía 14 años. "No se resistió ni gritó. Nunca se opuso", aseguró. "Ella tenía miedo de que sus padres se enteraran. Estaba preocupada", dijo.

El hombre recordó cómo a mediados de 2015 el padre de la menor lo sorprendió de noche saliendo del dormitorio de la adolescente. "Me echaron de la casa. Yo quería mantener la relación de novios con ella hasta casarnos", afirmó.

La víctima ofreció un relato muy diferente de lo ocurrido. Su declaración, entre sollozos, tuvo que ser interrumpida por su estado de nerviosismo. Según contó, el hombre la violó por primera vez en el verano de 2013, aprovechando que estaban solos en la vivienda. "Yo estaba en el baño. Me cogió por los brazos y me quitó los pantalones con fuerza. Yo tenía miedo, gritaba, pero nadie me oía. Me violó con fuerza", relató. La chica explicó que ya en esa ocasión fue amenazada para que no contara lo ocurrido. "Me dijo que si se lo contaba a alguien me mataría".

Las agresiones sexuales fueron habituales durante los dos años siguientes, aseguró la víctima. "Pasó otras nueve o diez veces. Venía a mi habitación, me despertaba y si le decía que no, me decía que me mataría a mí y a mi familia. Una vez llevaba un cuchillo de cocina y me amenazó", relató la joven, que añadió que el acusado sabía su edad. "Él se fue de casa porque mis padres descubrieron una noche que estaba en mi habitación y discutieron. Me preguntaron, pero no pude decir nada por miedo. Todavía le tengo pánico", aseveró.

Semanas después de que el procesado fuera expulsado de la vivienda en mayo de 2015 se descubrió que la menor se había quedado embarazada. "Mi padre vio que tenía la barriga y me llevó al hospital. Tuve al bebé en 2016 y lo di en adopción", explicó. La chica explicó también al tribunal las secuelas que padece. "Fue al psicólogo durante un año. Me cuesta dormir, me quedo pensando en esas cosas y tengo pesadillas. Siento vergüenza de mi cuerpo. No he tenido novio ni relaciones sexuales con chicos", concluyó.

El padre de la víctima explicó que el acusado se instaló en su casa en 2013 y no supo nada de lo ocurrido hasta que la adolescente quedó embarazada. "Lo vi de noche en la habitación de mi hija. Iba en calzoncillos y estaba tocando la manta de ella. Hablé con mi mujer y le dijimos que se fuera", explicó el hombre, que a preguntas del abogado defensor negó haber pedido dinero a la familia del procesado para retirar la denuncia. La madre de la chica, por su parte, dijo que no habría consentido una relación de noviazgo entre su hija y el acusado. Además, resaltó que la menor era todavía "muy infantil" cuando el sospechoso empezó a vivir con ellos.

El juicio continuará la próxima semana con las declaraciones de los peritos y las conclusiones de las partes. El sospechoso está en prisión preventiva desde que fue detenido por estos hechos el 29 de septiembre de 2015.

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