La fiscalía reclama 17 años de prisión para un hombre acusado de violar varias veces a una niña de 13 años, sobrina de su cuñado, y dejarla embarazada en la comarca del Llevant. La menor tuvo un hijo fruto de estas agresiones sexuales y padece graves secuelas psicológicas que incluyen ideas suicidas. El procesado habría intimidado a la víctima para que no contara las violaciones a sus padres, según la acusación. Está previsto que el juicio se celebre la semana próxima en la Audiencia Provincial de Palma.

Los hechos, según el relato del ministerio público, ocurrieron a partir del verano de 2013 en el domicilio donde convivían el acusado y la familia de la menor. La pequeña tenía entonces 13 años. La primera agresión sexual se produjo cuando en la vivienda solo estaban la víctima y el procesado, de 36 años. El hombre entró en el cuarto de baño cuando la niña estaba peinándose, la cogió de los brazos, le bajó los pantalones y la penetró, pese a que la menor le pegaba y gritaba para que la soltara.

Tras esta violación, el procesado supuestamente volvió a forzar a la pequeña a mantener relaciones sexuales al menos otras siete u ocho veces. Lo hacía siempre en el dormitorio de la niña o en el suyo propio, cogiéndola de los brazos y diciéndole que si contaba lo ocurrido a sus padres, los dos morirían.

Las agresiones sexuales cesaron en mayo de 2015, cuando el padre de la víctima encontró al sospechoso de madrugada en la habitación de la niña y lo echó de la vivienda. El acusado fue detenido y encarcelado en septiembre de ese mismo año, según recoge el escrito de acusación del fiscal.

La niña se quedó embarazada y tuvo un hijo fruto de las sucesivas violaciones sufridas. Las agresiones le han dejado importantes secuelas, con síntomas de trastorno de estrés postraumático, vergüenza, rabia, tristeza, culpa y terror. Incluso ha llegado a tener pensamientos de quitarse la vida.

La fiscalía considera que estos hechos constituyen un delito continuado de agresión sexual, por el que reclama 17 años de cárcel para el acusado. Además, pide que se le imponga una orden de alejamiento de 10 años de la víctima y que la indemnice con 30.000 euros por los daños morales causados.

La sección primera de la Audiencia de Palma enjuiciará los hechos el próximo viernes.