Una pareja de turistas belgas de 53 y 58 años resultaron heridos ayer por la mañana al precipitarse con su coche por un acantilado de unos diez metros de altura hasta la playa de s'Illot, cerca de La Victòria, en Alcúdia. Los turistas estaban en un aparcamiento situado en la parte superior del acantilado, frente a una barrera de madera. Al parecer el conductor quiso dar marcha atrás para salir, pero se equivocó y puso primera. El coche atravesó la barrera y cayó hasta la playa. Los dos ocupantes resultaron heridos y tuvieron que ser rescatados por dotaciones de los Bombers de Mallorca.

El accidente ocurrió sobre las once de la mañana. La pareja, dos turistas belgas de 53 y 58 años, estaban en un Nissan Micra de alquiler, en un aparcamiento situado en la parte superior de un acantilado, frente a una barrera de madera que da la playa de s'Illot, en La Victòria, en el término municipal de Alcúdia. Al parecer el conductor se confundió al poner la marcha. En lugar de dar marcha atrás para salir puso la primera y al acelerar atravesó la barrera de madera y el vehículo se precipitó por el acantilado, de unos diez metros de altura.

El coche fue a parar a la playa, en un momento en el que había bastantes bañistas en la zona, pero no alcanzó a nadie. Los dos ocupantes del vehículo resultaron heridos. Al lugar se desplazaron con urgencia patrullas de la Policía Local de Alcúdia, Bombers de Mallorca y ambulancias del 061.

Los turistas fueron rescatados por los bomberos, que les llevaron en camilla hasta el aparcamiento, donde les esperaba una ambulancia.

Fuentes del 061 informaron de que el hombre, de 58 años, tenía diversas fracturas y su pronóstico era menos grave. La mujer, de 53, presentaba numerosas contusiones y su estado era leve. Los dos fueron conducidos en ambulancia hasta el Hospital General de Muro.

La Policía Local de Alcúdia precintó la parte de la barrera que ha quedado rota y abrió una investigación para confirmar las causas del accidente. De inmediato movilizaron una grúa pluma de gran tonelaje para retirar el coche cuanto antes y evitar así que se produjera un vertido de combustible al mar. Esta maniobra se llevó a cabo pocas horas después. La grúa levantó el vehículo, que había quedado muy dañado, y lo depositó de nuevo en el aparcamiento.