? Hace casi 50 años, en 1970, se creó el poblado de Son Banya para absorber a una población gitana que vivía en condiciones infrahumanas en El Molinar. A partir de este momento se creó la sociedad Ingima (Integración de gitanos mallorquines) para escolarizar a los niños y dar oportunidades laborales a esta población. Con la llegada de la droga, esta iniciativa se fue al traste. Dos mundos coexisten desde entonces. Los que viven en infraviviendas en la miseria más absoluta y los narcos capaces de amasar una ingente cantidad de dinero con la venta de droga. Estos dos mundos desparecerán el próximo mes de abril con el derribo de las chabolas.
Oferta Flash
Suscríbete a Diario de Mallorca durante nueve meses por tan solo 9,99 euros