La Guardia Civil ha detenido a seis menores por formar parte de una banda que cometió 70 robos a lo largo del verano en habitaciones de hoteles de Capdepera. Los ladrones entraban en las estancias por la noche, cuando los turistas estaban durmiendo, y se llevaban todos los efectos de valor para luego cambiarlos por drogas. Los investigadores llevaban varios meses tras los pasos de este grupo, cuyos miembros tenían ya numerosos antecedentes por delitos similares. De hecho, uno de ellos estaba ya interno en un centro de menores.
Las pesquisas, llevadas a cabo por agentes de la Guardia Civil de Artà, comenzaron tras recibirse varias denuncias a principios de verano por robos cometidos en establecimientos hoteleros de Capdepera, la mayoría en Cala Rajada. Los investigadores descubrieron pronto que tras esta oleada de delitos se encontraba un mismo grupo muy activo, ya que el modus operandi era idéntico. Los delincuentes actuaban siempre de noche, cuando los huéspedes estaban durmiendo, y accedían a las habitaciones por las ventanas o los balcones tras escalar por las fachadas.
Los intrusos conseguían apoderarse de todos los efectos de valor que había, principalmente teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos, dinero en efectivo y joyas, sin ser descubiertos. A lo largo del verano la Guardia Civil recibió hasta 70 denuncias por robos similares que atribuyeron a la misma banda.
Las sospechas se centraron enseguida en un grupo de menores de edad residentes en Capdepera, conocidos por los agentes por su historial delictivo. Varios de ellos habían sido ya arrestados por delitos contra el patrimonio.
Los agentes encargados del caso establecieron varios operativos y llevaron a cabo vigilancias en las zonas donde actuaba la banda para intentar capturarlos in fraganti. De esta manera lograron interceptar y detener a tres sospechosos hace unas semanas.
Las pesquisas, sin embargo, continuaron para atrapar al resto de miembros. El pasado sábado, los investigadores sorprendieron a otros tres acusados en las inmediaciones de un hotel en el que acababan de cometer un robo. Cerca de allí, entre unos matorrales, hallaron una mochila que según comprobaron había sido sustraído en ese mismo establecimiento.
En los domicilios de los acusados se encontraron varios teléfonos móviles de alta gama, al parecer procedentes de la oleada de robos, y una balanza de precisión. La Guardia Civil explicó que no ha podido recuperar más efectos porque los menores los cambiaban por droga tras los robos.
