El ex líder vecinal Climent Garau ha aceptado una condena de tres años y tres meses de prisión por un fraude inmobiliario tras alcanzar un acuerdo con la fiscalía, que reclamaba inicialmente nueve años de reclusión. Este acuerdo debía materializarse durante el juicio contra Garau y otros 26 acusados, previsto para ayer pero que fue aplazado hasta el próximo viernes para dirimir la responsabilidad civil.

De este modo, Garau reconoce que dirigió una red que inflaba créditos hipotecarios y utilizaba testaferros para comprar viviendas. Para ello, contaba con la colaboración de dos directores de banco y los responsables de empresas inmobiliarias. Según la fiscalía, los procesados actuaron entre 2005 y 2007, cuando captaron a personas interesadas en adquirir viviendas y se ofrecían a tramitar los créditos hipotecarios. A espaldas de los compradores, falseaban su documentación para pedir préstamos superiores y se quedaban la diferencia entre el precio del inmueble y el valor del crédito, que solía rondar los 40.000 euros.

Por otra parte, captaban también a personas insolventes para que, a cambio de entre 2.000 y 3.000 euros, aceptaran figuraron como compradores de inmuebles que luego vendían o alquilaban los cabecillas de la red.

El juicio fue suspendido ayer a la espera de que las entidades bancarias afectadas aporten la documentación sobre el perjudicio que les causó el fraude inmobiliario.