Cuatro miembros del clan de La Paca, la conocida matriarca de Son Banya que cumple condena en la cárcel de Villena, confesaron ayer haberse dedicado a traficar con drogas a principios de 2010 en el poblado palmesano durante el macrojuicio que se inició en la Audiencia. La cuñada de Francisca Cortés Picazo, Rosario, esposa de El Moreno, que también está preso, y una sobrina de la histórica matriarca reconocieron ante el tribunal de la sección primera que en esas fechas controlaban un activo punto de venta de cocaína, heroína y cannabis. Además, eran auxiliadas por otros dos acusados, quienes admitieron que distribuían estupefacientes entre terceros. El clan de La Paca confesó los hechos tras alcanzar un acuerdo con el fiscal.

Mientras, el resto de los clanes implicados en el macroproceso se desvincularon del narcotráfico. Así, tanto La Sole como La Chata, matriarcas de otros dos potentes clanes de Son Banya, negaron tajantemente haber traficado con drogas. Sus subordinados también rechazaron los cargos.

Hoy está previsto que continúe la vista con el interrogatorio a los miembros del grupo de Los Bizcos, entre ellos, el cabecilla, El Ove, cuyo abogado aportó documentación para demostrar que se dedica a la cría de gallos de pelea. Ayer declararon 18 de los 26 imputados para los que el fiscal antidroga de Balears reclama 138 años de cárcel por delitos contra la salud pública. Excepto los cuatro sospechosos del clan de La Paca que confesaron ser narcotraficantes, los catorce restantes alegaron que se dedicaban a la chatarra, la venta ambulante en mercadillos, la venta de coches, comercios, bares o gallos de pelea.

Todos los encausados tuvieron que entregar sus teléfonos móviles a sus abogados al inicio del juicio, tal y como ordenó la presidenta de la sala, que advirtió de que debían guardar riguroso silencio durante la sesión. Uno de los hijos de La Sole, Carlos, fue expulsado en mitad de la vista al interrumpir el interrogatorio a su madre. Luego, cuando le tocó su turno para declarar, se le permitió quedarse en la sala. La Policía Nacional reforzó la seguridad dentro y fuera de la Audiencia de Palma para evitar incidentes.

La mayoría de los acusados solo contestó a las preguntas de sus letrados. En cambio, las principales acusadas como La Rosario, La Sole y La Chata, esta última del clan de Los Valencianos, respondieron al fiscal también. La Chata, mujer de El Charly, negó dedicarse al narcotráfico e indicó que entre enero y mayo de 2010 viajaba mucho porque su esposo estaba preso y ella vivía con su padre en Valencia. Por tanto, no se hallaba en Son Banya. El resto de integrantes del clan negaron los cargos y explicaron que el dinero y las joyas que la Policía les incautó en la redada provenían de sus trabajos como chatarreros o vendedores ambulantes y las alhajas las habían ido comprando años atrás. La Sole también negó vivir en el poblado en esas fechas y detalló que los 19.800 euros y tres kilos de joyas que encontraron los agentes en su casa se los acababa de entregar el juzgado. Respecto a unas bolsitas presuntamente utilizadas para las dosis de droga, alegó que eran para los bocadillos de sus nietos. Sus hijos también negaron traficar con drogas y rechazaron tener algo que ver con medio kilo de cocaína hallado en una gallera. "En la gallera entraba mucha gente", dijo un acusado.