El descuartizador de Pere Garau se hirió en el pie cuando troceaba el cadáver, por lo que tuvo que recibir asistencia médica en un centro de salud de Palma. Diego G.R. detalló durante su confesión ante la Policía que desmembró el cuerpo sin vida de su hermano en el cuarto de baño de su piso, en la calle Pere Llobera, con un hacha. Cuando lo descuartizaba, se golpeó en un descuido con el arma en su propio pie. El profesor de religión acusado del crimen trató de curarse él por sus propios medios en el domicilio, pero el dolor persistió y, finalmente, no le quedó más remedio que acudir a un centro de salud de la ciudad. El sospechoso incluso se vio obligado a llamar a la escuela en la que trabajaba para informar de que no se encontraba bien y que iba a faltar.

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional investigó estos hechos al tener dudas sobre la fecha exacta del crimen y confirmó la versión del sospechoso, en referencia a las lesiones que sufrió en el pie. Los agentes intervinieron el martillo con el que Diego mató a su hermano, así como un hacha y una sierra utilizados para trocear el cadáver. Los investigadores creen que lo descuartizó con el hacha y ayudado con el martillo.