Dos casos recientes de malos tratos en el ámbito familiar han acabado con dos detenidos en Palma tras la intervención del Cuerpo Nacional de Policía.

Un hombre de 23 años ha sido arrestado por pegar a sus padres tras una discusión. El motivo de la pelea fue que los progenitores se negaron a darle un billete de cinco euros, que supuestamente iba a servir para financiar su adicción al juego.

El hecho tuvo lugar en la barriada palmesana del Rafal Nou el pasado viernes. El joven se presentó en casa de sus padres hacia las dos del mediodía. En ese momento solo había la madre en la vivienda. El hijo le pidió dinero a ella, pero la mujer se negó.

Tras insistir en que le entregara un billete de cinco euros, comenzaron a discutir. Las palabras subieron de tono, hasta que el joven atacó a la madre con manotazos, según relata la denuncia interpuesta ante el Cuerpo Nacional de Policía.

Minutos después, el padre llegó al piso familiar y trató de calmar al joven. Pese a sus intentos de mediación, el hijo continuó en sus trece y exigió dinero a sus progenitores antes de irse de la vivienda. El padre tampoco se lo dio y agresor volvió a reaccionar de forma agresiva, pero con aún más violencia. Además de bofetadas, arremetió contra él con puñetazos.

Tras llamar a la policía, los agentes detuvieron al joven. Los padres afirmaron que su hijo sufre de ludopatía desde hace tiempo. No obstante, el detenido negó la enfermedad y afirmó que necesitaba los cinco euros para "irse a comer una hamburguesa". El joven pasó a disposición judicial acusado de malos tratos.

"Voy a matar a mi marido"

Además de la intervención en el Rafal Nou, la Policía Nacional también detuvo a una mujer de 46 años en el barrio de Santa Catalina, en Palma. Los agentes fueron requeridos durante la tarde de Año Nuevo. Una mujer les llamó nerviosa y les dijo que tenía tres cuchillos y que iba a matar a su marido.

Cuando la patrulla llegó al lugar, vieron que el hombre estaba en la calle y les llamaba. Según el atestado de los agentes, el hombre tenía pinchazos en la mano y en el pecho.

El marido afirmó que su esposa tenía problemas de alcoholismo y, a menudo, ataques de agresividad. También les explicó que en anteriores ocasiones le había atacado y le había intentado clavar tijeras u otros objetos punzantes, pero nunca la había denunciado.

Ya en presencia de los policías, la mujer bajó de la vivienda rápidamente con los tres cuchillos en la mano y se dirigió corriendo en actitud agresiva hacia su marido al grito de "Voy a matarle. No lo aguanto más". Los policías la frenaron, la calmaron, le requisaron los tres cuchillos de cocina y la detuvieron.