El pasado 10 de octubre una tremenda deflagración de un transformador produjo graves quemaduras a dos jóvenes operarios de sa Pobla y Campanet mientras preparaban Son Moix para el encuentro entre España y Bielorrusia. Casi dos meses después, ambas localidades siguen en vilo y pendientes de la evolución de los dos jóvenes.

Pau B.F., de 31 años, y Pep C.C., de 27 años, acaban de ser trasladados a otro centro sanitaria catalán desde la unidad de grandes quemados del hospital Vall d´Hebron de Barcelona. El primero fue trasladado al hospital barcelonés de inmediato. El segundo fue llevado en primera instancia a Son Espases y, unos días después, también fue conducido al mismo centro.

Las graves quemaduras de segundo y tercer grado sufridas por los dos jóvenes provocaron momentos de tensión entre sus allegados. Las dos víctimas permanecieron sedadas los primeros días. "No entiendo por qué han tardado tanto tiempo trasladar a Pep a Vall d´Hebron", se lamentaba un allegado del operario de sa Pobla al ver que su salud no mejoraba. Al contrario de lo que parecía en un principio, Pau experimentó una sustancial evolución.

Transcurridos casi dos meses después del tremendo accidente laboral, los dos jóvenes y experimentados operarios evolucionan favorablemente dentro de la gravedad. A ambos se les practicaron injertos de piel y la cirugía se da por concluida. Hasta el punto de que los facultativos decidieron su traslado a otro hospital catalán.

"A Pep ya se le ve muy animado. Está despierto y con mucho mejor aspecto", explicaron fuentes de su entorno más cercano. Pau, por su parte, también se ha mostrado mucho más mejorado.

La investigación del accidente ocurrido el pasado 10 de octubre -efectuada por agentes del Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía en estrecha colaboración con personal del Ministerio de Trabajo y técnicos de la Conselleria de Trabajo- concluyó que una fase del cuadro eléctrico estaba conectada mientras los dos operarios estaban trabajando.

A raíz de las pesquisas, los investigadores imputaron al jefe de la empresa eléctrica para la que trabajan los dos jóvenes operarios. Le atribuyen la comisión de un delito contra los derechos de los trabajadores y dos de lesiones graves por imprudencia.

Por su parte, Macià Torrens, dueño de la empresa que realizaba los trabajos en Son Moix la víspera del partido de la selección española, sale al paso de las conclusiones oficiales. "Los generadores estaban apagados cuando estaban trabajando y se produjo la explosión. El que lo ha elaborado no entendía lo que allí ocurrió ", subraya.

En este sentido, Torrens defiende a capa y espada a sus dos trabajadores heridos. "No son mis empleados, son mis amigos, y son unos excelentes profesionales", les ensalza. El propietario de la empresa eléctrica donde trabajaban las dos víctimas descarta que hubieran cometido algún tipo de negligencia. "Están muy preparados y cumplen siempre con toda la normativa en materia de seguridad", señala.

Pau y Pep tienen aficiones muy distintas, aunque comparten la pasión por la electricidad. El primero es natural de Campanet, aunque en los últimos meses se ha mudado a sa Pobla. Es un consumado aficionado al ciclismo. De hecho, durante un corto periodo de tiempo llegó a ejercer de concejal de Deportes.

Confianza en su mejoría

"Es un diez de persona. Le puedes poner todos los halagos que quieras que te quedas corto". El que se deshace en elogios hacia Pau es Arnau, propietario del bar Es Club de Campanet. "Es divertido y responsable a la vez. De lo que no hay", le ensalza. El dueño del bar no oculta la conmoción que sufrió por el tremendo accidente que sufrió en Son Moix. "Saldrá adelante porque es un deportista", insistió.

Pep, por el contrario, reside desde siempre en sa Pobla, su localidad natal. Es más sedentario y es un apasionado de los videojuegos. Algo de lo que presume sin ambages en las redes sociales. Su carácter es más introvertido que el de Pau. Aunque cuando gana confianza es muy divertido.

En los últimos días, una sensación de alivio por la sustancial mejoría de los dos jóvenes se respira en sa Pobla y Campanet. Máxime después de pasar casi dos meses instalados en la angustia por su estado de salud tras el grave accidente ocurrido en Son Moix.