Cuatro hombres reconocieron ayer en la Audiencia Provincial haber organizado la entrada en Mallorca de dos kilos de cocaína a bordo de una avioneta. Tres de los sospechosos admitieron que se desplazaron a la península para adquirir la droga, mientras el cuarto confesó que era el receptor del estupefaciente y que tenía previsto distribuirlo en la isla. Los otros tres procesados, entre ellos los dos traficantes que supuestamente les facilitaron la cocaína en Madrid, negaron las acusaciones. Sus letrados impugnaron los pinchazos telefónicos a los que fueron sometidos por considerarlos injustificados, sobre lo que el tribunal se pronunciará en sentencia.

Los siete acusados se enfrentan a sendas penas de nueve años de prisión, aunque los cuatro que confesaron ayer ya han pactado penas notablemente inferiores con el fiscal. Según reconocieron ayer ante la sala Iván G.D., Óscar G.D. y Pedro S.R. en febrero de 2008 viajar a Madrid y adquirieron una partida de 1.800 gramos de cocaína. Su intención era traerla a Mallorca a bordo de una avioneta Cessna 172, pero la Policía los detuvo en el aeródromo de Igualada (Barcelona) desde el que debían despegar y halló la droga en un turismo aparcado junto al aparato. Los tres sospechosos reconocieron que, ya en la isla, debían entregar la droga a Bernabé G.A., quien admitió ante el tribunal su implicación en los hechos.

Los acusados señalaron también a dos de los procesados, Benedicto L.G. y José B.S., como las personas que les vendieron los casi dos kilos de droga en el aeropuerto de Madrid. Estos dos sospechosos, sin embargo, negaron los cargos y aseguraron que jamás se han dedicado a traficar con drogas. Respecto a los pinchazos telefónicos, impugnados por sus letrados, señalaron que las conversaciones hacían referencia a transacciones de vehículos y mercancías de hostelería.